Mucho se ha hablado estos últimos años de la política de
cantera que ha seguido el Real Club Celta de Vigo en el reciente lustro en
Segunda. Una cosa es incuestionable. De los 21 futbolistas que formaron la
plantilla del ascenso, 11 de ellos han sido formados en A Madroa o cuanto menos
han pasado por su filial. Además, hasta 7 de ellos han sido titulares habitualmente.
Sin embargo, con el equipo en Primera División llega el momento de demostrar la
creencia en este modelo, la confianza en una apuesta que para unos surge de la
necesidad y para otros de la convicción en una idea.
¿Qué hará el Celta
la temporada que viene? ¿Olvidará por completo sus categorías inferiores y buscará
fichajes foráneos como suele ser práctica habitual del club en Primera? ¿Será consecuente
con su política y apostará por los chavales de la casa? Es una interesante
pregunta.
Muchos piensan que
la irrupción de tan elevada cantidad de canteranos en el primer equipo es fruto
de la mala situación económica, la cual ha obligado al club a tirar de la
cantera para subsistir. Otros incluso van más allá y comentan que sólo la
valentía de Eusebio, quien en apenas año y medio ascendió a muchos chavales del
filial, explica el ingente número de futbolistas autóctonos en la plantilla. Y
lo cierto es que los precedentes les dan la razón. En el anterior ascenso a
Segunda participaron varios canteranos, pero sólo Borja Oubiña y Jonathan Aspas
se consolidaron en Primera.
¿Por qué
apostará el club céltico? Lo lógico
sería una mezcolanza, es decir, incorporar cuatro o cinco fichajes que concedan
el salto de calidad necesario para competir en la categoría y subir al primer
plantel a canteranos como Jota, Levy o Jony. No obstante, si bien Paco Herrera
ha otorgado confianza a los futbolistas de A Madroa que se encontró a su
llegada al equipo, también es cierto que no ha apostado demasiado por subir a
los jugadores del B. Sólo Álex López y Sergio se han asentado en el equipo
desde su llegada, mientras que este año ningún futbolista del filial ha tenido
minutos en liga.
Veremos qué ocurre.
Hacía tiempo que la afición no se sentía tan identificada con su equipo, con un
conjunto formado por tantos y tantos jugadores de la tierra. Ellos, junto con
el resto de sus compañeros, han sido los que han salvado al equipo del descenso
a 2ªB y lo han elevado a la élite del fútbol nacional. Ojalá no se conviertan
en un parche y sí en el principio de una nueva idea de club como afirman desde
la directiva. Ahora en Primera, es hora de demostrarlo.
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