Victoria y a esperar


Foto: lavozdegalicia.es

Importantísima victoria del Celta en Sabadell que deja a los celestes a la espera de un pinchazo del Valladolid en Riazor con el que poder recuperar la segunda plaza el martes próximo en Cartagena. Ante un equipo muy inferior, los vigueses sufrieron más de lo necesario debido a la falta de pegada. Entre el partido de ida y el disputado ayer en la Nova Creu Alta, los arlequinados merecieron llevarse una docena de goles, pero el equipo céltico volvió a demostrar que toda la facilidad que posee para generar ocasiones se convierte en dificultad cuando se trata de perforar la meta rival. La estelar aparición de Orellana a falta de un cuarto de hora solucionó un encuentro que, incomprensiblemente, parecía escapársele al Celta.
   
Herrera repitió la fórmula del otro día, con Natxo Insa y Bustos en el doble pivote y Álex López un poco más adelantado. La pasividad defensiva del rival y la mayor intensidad de un Celta que salió a por el partido desde el minuto 1 hicieron la diferencia entre la mala primera mitad del pasado sábado y los buenos 45 minutos iniciales de este. Además, Toni demostró una vez más que a De Lucas se le puede dar descanso de vez en cuando, pues el coruñés es un recambio de garantías que va a más con el paso de las jornadas.
   
Parecía un sinsentido que los olívicos sólo se llevasen una renta de un gol a los vestuarios. Con pasmosa sencillez, los de Paco Herrera dominaban el encuentro de la mano de un Natxo Insa que recuperó su mejor versión. Sin embargo, intrínseca a este equipo es la necesidad de sufrir para saborear  un triunfo. Por eso llegó el error de Sergio en un balón parado –motivado también por la escasa visibilidad que permitía el sol- y que dio un premio excesivo a un Sabadell inoperante durante todo el choque.
   
El Celta perdió brillantez y continuó sin tener eficacia de cara a puerta –de nuevo se erró un mano a mano-, por lo que el partido invitaba a un desenlace inesperado y carente de justicia. Fue entonces cuando la magia de Orellana, el futbolista en mejor forma del actual Celta, salió a escena para amarrar tres puntos vitales.
   
No se debió sufrir, sino ganar goleando, pero esto es algo que resulta imposible si el equipo de tus amores es el Real Club Celta de Vigo. Es momento ahora de recostarse en el sillón, poner la tele y presenciar un Deportivo-Valladolid que puede volver a dejar el ascenso directo en manos del los celestes. Los chicos de Paco Herrera han hecho su trabajo, el de ganar y meter presión al equipo dirigido por Miroslav Djukic, el cual deberá vencer en Riazor si no quiere perder la iniciativa. Si el resultado sonríe, el Celta dispondrá de un bonus de media hora el próximo martes con el que recuperar la ansiada segunda plaza. Toca esperar. 

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