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Foto: Ricardo Grobas |
De haber tenido lugar hace un mes, probablemente el derbi
hubiese contado con un claro favorito. Hará cosa de treinta días el Celta venía de
salir victorioso del terrorífico Tourmalet, cerrando de paso las bocas de
aquellos que decían que los vigueses no respondían ante los rivales directos, y
culminaba su excepcional racha de 7 victorias consecutivas goleando en casa al
Numancia. El Deportivo, finiquitado su récord en Sabadell, ganaba pero no
convencía. Por aquel entonces, los célticos se encontraban a sólo dos puntos de
su eterno enemigo, y lo que es más importante, con la sensación de que podían
darle caza.
Pero ha bastado un
pobre partido en Gran Canaria –aderezado con una mala actuación arbitral-, una
floja tarde de cara a puerta en Huesca y la suspensión del choque de Cartagena, para que cambien las tornas. El Deportivo, que cayó en Girona, sufrió ante el
Córdoba y venció con autoridad a Alcoyano y Murcia –estos tres últimos en el
fortín de Riazor-, llega ahora al derbi como principal favorito ante un Celta
presionado por la línea ascendente del Valladolid. El habitual pesimismo de
unos y la soberbia de otros empiezan a florecer, sin realmente motivos para
ello. Muchos son en este momento los que confían o temen una victoria
deportivista en Balaídos, que, según afirman, significaría el preludio del
segundo hundimiento celeste.
No hay razones para
pensar en ello. Evidentemente, en un derbi puede ocurrir de todo y no hay que
olvidar que el Celta se enfrenta al líder de la categoría, por lo que una
derrota entra dentro de lo posible. Sin embargo, en Vigo deben existir motivos
suficientes como para confiar en un triunfo el domingo, tantos o más que en A
Coruña. Y es que los números a día de hoy son engañosos y no reflejan la realidad.
Si acudimos a la
pura estadística, el Celta lleva 4 puntos de 9 posibles sobre 9 de 12 del Depor
en el último mes. A su vez, ambos están separados por una distancia de 7 puntos
en la clasificación, lo que invita a pensar que el conjunto coruñés llega muy
entonado al derbi. Pero hay que recordar varias cosas. Primero, que los de
olívicos tienen todavía media hora pendiente del choque de Cartagena. También que
han jugado tres de los cuatro últimos duelos lejos de Balaídos, donde acumulan
victoria tras victoria en los últimos cuatro meses, mientras que en el caso del
Deportivo ha sido a la inversa, tres en Riazor y uno fuera –derrota en Girona-.
Si lo pensamos globalmente, son un empate y una suspensión lo que separa la
espectacular racha de los de Oltra del “pésimo” momento de los de Herrera.
Bien es cierto que
el Celta llega más necesitado a un derbi que puede comenzar –si gana el Valladolid-
en la tercera posición, por lo que debe salir a por el triunfo. Por su parte,
el Deportivo dejaría muy encarrilado su ascenso si vence, e incluso un empate
sería un buen resultado. Pero si los de Oltra caen derrotados, el panorama
cambia. El Celta se quedaría a 4 puntos (goal-average ganado o empatado), con
un partido todavía por disputar y con seis encuentros por jugar en Balaídos de
los once que restan. El Valladolid, que todavía debe visitar Riazor, se
colocaría a sólo 5 puntos de un Deportivo al que aún le quedan por disputar
seis partidos fuera de casa, donde se está mostrando bastante irregular.
Así pues, ni pinta
tan negro para unos ni tan blanquiazul para otros. El Deportivo llega con ventaja
a Balaídos, pero tampoco puede permitirse perder. El Celta necesita el triunfo
más que su rival, pero ni el supuesto mal juego del último mes –a fin de
cuentas Las Palmas y 60 minutos de Cartagena- ni las estadísticas de una
competición distorsionada por la suspensión del choque de la pasada semana, son
razones de peso suficientes como para pensar que el Celta llega en mal momento
y que no logrará vencer a su oponente. Respetando al merecido líder que es el
Deportivo, invito a aquellos celtistas que han perdido algo de fe a que vean el
panorama desde la siguiente óptica. El Celta, un equipo que todavía depende de
sí mismo, es segundo en la clasificación a falta de un partido por disputar,
despliega el mejor fútbol de la categoría, recibe a su eterno rival ante un
Balaídos lleno que lleva 8 partidos consecutivos viendo ganar a su equipo y es
exactamente el mismo conjunto que hace cosa de un mes parecía que iba a
ascender de calle. Así que, confianza.
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