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Foto: FdV |
Según avanzó ayer Herrera, Jota irá convocado con el primer equipo, y en el caso de que juegue pocos minutos o no juegue, que es lo más probable, se intentará que esté con el filial el domingo en Barreiro, donde a partir de las doce del mediodía el Celta se juega gran parte de su futuro ante el Tenerife, uno de los gallitos de la categoría. Por mucho que la tribulación de Jota pudiese parecer exagerada teniendo en cuenta que el partido termina a las ocho de la tarde y Cartagena no está cerca, no sería el primer en recorrerse España para ayudar al filial.
Goran Maric lo hizo en 2008, tras un partido del Celta en Jerez. El serbio calentó en la banda de Chapín pero no llegó a vestirse de corto para acompañar a sus compañeros en un ridículo que se llevó por delante a López Caro. Maric, que había disputado algunos minutos ante el Castellón y entrado en una convocatoria ante el Elche para cubrir las bajas, viajaba a Jerez por derecho propio, siendo descartado Diego Costa. El jugador se mostraba exultante antes del partido, aunque finalmente no llegaría a jugar a pesar de calentar durante gran parte de la segunda mitad sin que López Caro llegase a agotar los tres cambios permitidos.
El viaje de retorno de Maric para jugar con el filial no estaba previsto por el primer equipo. Fue el deseo del propio futbolista, unido a su voluntad de no pasar una jornada en blanco lo que le movió a hacer todas las gestiones. Aunque por encima de todo subyace la idea de que lo que realmente motivó a Maric fue la rabia de sentirse inútil al ver que no tenía minutos con el primer equipo. Sea como fuere, la iniciativa partió de él, teniendo la seguridad de que Alejandro Menéndez, por entonces técnico del filial, le daría el premio de la titularidad si llegaba a tiempo.
Se compró un billete de avión que partía de Jerez a las siete de la mañana hacia Madrid. A las ocho estaba en Barajas y tenía una conexión con Peinador para arribar a Vigo a las once de la mañana siempre que no hubise retrasos en los vuelos. Mientras bromeba con hacer el calentamiento dentro del avión o en plena T4, los vuelos fueron cumpliendo estrictamente sus horarios y Maric irrumpió en Barreiro a las once y cuarto, listo para comenzar el calentamiento junto al resto de sus compañeros.
Maric jugó los noventa minutos del partido y colaboró decisivamente en la victoria con la asistencia del único gol del partido, obra de Michu, que ese día jugaría su último partido con el filial. Una victoria importantísima para el Celta B y Maric se iba a casa con esa sensación tan agradable del deber cumplido. No hemos dicho quién era el rival aquel domingo en Barreiro: El Alcorcón. Como pasa el tiempo.
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