Paco Herrera y la justicia


Foto: LOF

Paco Herrera es un buen entrenador. Sólo hace falta ver cómo estaba el Celta antes de su llegada y cómo es su situación actual. Cogió un equipo que peleaba por no bajar y, aprovechando sus virtudes y puliendo sus defectos, lo convirtió en un firme candidato al ascenso. Poco se le puede reprochar al técnico catalán, quien ha devuelto la ilusión a una afición que empezaba a pensar que la Primera División ya no volvería jamás. Sin embargo, en ocasiones, nos tiene acostumbrados a cierto tipo de decisiones difíciles de comprender y que terminar por resultar desconcertantes.
   
Por todos es sabido que el Celta cuenta con un once tipo, una alineación titular que cualquier aficionado se sabe ya de carrerilla y en la que se prevén pocas modificaciones de aquí al final de temporada. Al mismo tiempo, es habitual también que los recambios que salen desde el banquillo sean siempre los mismos. Joan Tomás, Toni y David Rodríguez han sido probablemente los futbolistas que en mayor medida ha introducido Paco Herrera en las segundas partes, en la mayoría de los casos para resolver un encuentro apretado.
   
Toni y Joan Tomás han cobrado un gran protagonismo en las últimas semanas. Principalmente el catalán, quien ha resultado absolutamente decisivo en más de un encuentro. Ambos han realizado buenas actuaciones en los más recientes duelos y están llamando con fuerza a la puerta de la titularidad. No así David Rodríguez, quien mostró un buen nivel a principio de año, pero al que la vuelta a la suplencia en favor de Iago Aspas parece no haberle sentado demasiado bien.

Por ello, resulta un tanto incomprensible la decisión de Paco Herrera en el día de ayer. Tanto Toni como sobre todo Joan Tomás venían reclamando una oportunidad como titulares, un partido en el que jugar de inicio y de paso conceder un descanso a alguno de los titulares. En cambio, ha sido David Rodríguez, el más apagado de los tres, el que sí ha gozado de esa oportunidad.
   
Se mire por donde se mire, la decisión no es muy lógica. No tiene un trasfondo futbolístico, pues el partido, de espacios reducidos y necesitado de imaginación, no es el idóneo para el delantero talaverano y si más propicio para el gerundense o el coruñés. Por otra parte, si la cuestión era castigar a Aspas por su comportamiento de cara al colectivo arbitral, algo que habría que discutir largo y tendido puesto que hay algún que otro jugador que tampoco puede presumir en ese aspecto y que nunca ha sido señalado por ello, lo lógico sería situar a Bermejo de 9 y dar entrada bien a Toni bien a Joan Tomás en la mediapunta. Y menos aún si hablamos en términos de justicia, pues los méritos de David en las últimas semanas se resumen en un gol a Las Palmas en medio de un partido ya muerto.
   
En resumen, si hay alguien que se merece una oportunidad en el once es Joan Tomás y en menor medida Toni. El catalán poco más puede hacer para reclamar una plaza en el once, mientras que el de A Coruña tampoco se queda atrás. Quizás sea más fácil sentar a Aspas para meter a David que sentar a De Lucas y Bermejo para que entren Joan Tomás y Toni. Probablemente esa la razón, pero no por ello deja de ser injusto. Si no hay rotaciones, perfecto, pero rotar y dejar fuera a los que día a día se están ganando una oportunidad, no parece muy coherente. Por eso, en el caso de Toni y Joan Tomás, quizás Paco Herrera deba revisar el concepto de justicia. 

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