El juego de las amarillas


Foto: LOF

En el día de ayer se hizo oficial la noticia de que el Real Club Celta no recurrirá la cartulina amarilla que Roberto Lago recibió de manera injusta el pasado sábado en Las Palmas y que le obliga a cumplir sanción la próxima jornada frente al Huesca. El porqué de esta sorprendente decisión radica en el elevado número de futbolistas de la plantilla que se encuentran al borde de la suspensión. Jugadores como Álex López, Oier, Orellana, Jonathan Vila, Toni o Joan Tomás está a sólo una amarilla de cumplir ciclo, por lo que desde el club se ha decidido no emitir el recurso con la intención de comenzar a limpiar cuanto antes a los jugadores de cara al final de temporada, comenzando por el lateral izquierdo vigués.
  
De este modo, comienza ahora para el Celta un periodo en el que deberá tratar con sutileza este tema buscando un trasfondo positivo en el ámbito deportivo. Tan viejo como el propio fútbol, la provocación voluntaria de tarjetas es una artimaña que vienen realizando los equipos desde siempre. Denostada por las altas instituciones desde el show de Jose Mourinho en Amsterdam, actualmente se ha convertido casi que en un acto clandestino, que se debe llevar con la máxima discreción y disimulo posibles para no caer en la redes sancionadoras del comité de competición.
   
El Celta afrontará a partir de ahora 13 partidos clave en la lucha por el ascenso. Saber o no manejarse en este aspecto puede condicionar y mucho las posibilidades de éxito o fracaso del conjunto vigués. La pregunta es: ¿cómo abordar este asunto?
   
El primer objetivo es el de evitar que se acumulen varias sanciones en un mismo día, especialmente si se trata de la misma demarcación. Por ello, lo más lógico es que Oier sea el primero en buscar la cartulina, quizás este fin de semana en Huesca, dejando su lugar en el centro de la zaga a un Jonathan Vila que podría hacer lo propio ante el Villarreal B. Urgente sería también lo de Álex López, otra de las piezas clave del esquema, y que podría provocar la sanción para el choque ante el filial amarillo, a priori el más idóneo de los venideros por disputarse en el estadio municipal de Balaídos.
   
Con Orellana, Toni y Joan Tomás, por tratarse de futbolistas más ofensivos y que, como es el caso de los dos últimos, disputan menos minutos,  se podría apostar por no forzar la amarilla e intentar que lleguen a los choques de Deportivo y Hércules sin ser amonestados. No obstante, esto podría implicar un riesgo considerable, ya que en el caso de que dos de ellos sean sancionados en la misma jornada el equipo se quedaría casi sin alternativas de ataque en el banquillo.
   
Debe hilar fino Paco Herrera. Aunque a primera vista no lo parezca, el tema es muy importante ya que supondría un gran hándicap llegar al partido decisivo con varios futbolistas sancionados. Por otra parte, debe hacerse con el mayor disimulo posible pues, aunque para algunos esto no es sancionable,  ya sabemos que cuando se trata de equipos pequeños las reglas suelen bien ser distintas.

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