Rectificar antes de que sea tarde


Foto: Marta G. Brea 
Desde el partido frente al Nástic de Tarragona, en el que el  Celta consiguió una sufrida victoria ante un rival más que asequible, el Celta atraviesa una crisis de juego, que no de resultados. Es innegable que el Celta que emergió en los últimos 8 minutos del partido de Xerez para salvar un empate y que progresivamente fue mejorando su juego hasta llegar a un nivel que no se disfrutaba en Balaídos desde hace años no está en su mejor momento.

En estos cinco últimos partidos el Celta encontró una gran solidez defensiva  y gracias a, en su mayoría, destellos de la gran calidad de nuestros hombres más adelantados logró sacar 13 de los 15 puntos posibles,  marcando 7 goles y encajando tan solo 1.

Con los números en la mano, todo va sobre ruedas. Pero no podemos dejarnos cegar por los números. En el último choque, frente al Recre, el Celta se fue al descanso perdiendo 0-1 y sin ser capaz de generar grandes ocasiones. En la segunda parte, si bien es cierto que se percibió un cambio de actitud, fueron dos regalos de la zaga andaluza los que nos pusieron por delante, y después, con todo a favor, la calidad de Toni, Aspas, Orellana y compañía se encargó de llevar al marcador un resultado no muy realista.

Está claro que, si queremos ascender, no podemos obviar nuestros errores. Si lo hacemos, cuando decidamos reaccionar quizás sea demasiado tarde. Teniendo en cuenta los tres partidos que se nos vienen encima, no podemos permitirnos el autoengaño. Sin ir más lejos, una victoria este fin de semana en tierras valencianas dejaría a los ilicitanos seis puntos por detrás. Una distancia, que si bien no es para nada definitiva, sí comienza a ser importante a estas alturas de la temporada.

Cuando se presenta un problema, hay que buscar soluciones cuanto antes. Es cierto que no todos los males del Celta vienen por aquí, pero no nos podemos permitir que dos de los cuatro hombres de ataque que suelen salir de inicio aporten tan poco como están aportando De Lucas y Bermejo en las últimas fechas.

El bagaje de ambos jugadores en los últimos partidos es más bien pobre. Es innegable que ninguno de ellos está en su mejor momento. Quizás jugar 90 minutos semana tras semana a la máxima exigencia sea demasiado para dos hombres que superan la treintena de años. No voy a discutir ni su calidad ni su importancia en este equipo. Pero quizás una temporada con 42 partidos más una posible fase de ascenso se les haga demasiado larga. De Lucas ya demostró esto la pasada campaña. Y además jugadores como Toni, David o Joan Tomás vienen pisando fuerte. ¿Por qué no darles una oportunidad desde el inicio?

Por mucho que Paco Herera diga que ya no se harán más rotaciones, excepto por necesidad, yo sigo creyendo que van a ser muy necesarias. Al fin y al cabo, Paco, recuerda que rectificar es de sabios.

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