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Foto: José Lores |
A Paco Herrera le ha costado algún tiempo reconocerlo, pero ha acabado por rendirse a la evidencia de que con él en el campo el Celta es un equipo mucho más equilibrado. Porque el fútbol fluye por la sangre de Oubiña, un jugador con un sexto sentido para interpretar las necesidades del juego. El canterano combina una imponente capacidad de destrucción con un sólido criterio en la elaboración, proporciona serenidad y pausa al manejo de la pelota y, con el paso de los partidos, cada vez se muestra más osado, se atreve a más.
El estado de forma de Oubiña ha superado las mejores expectativas del cuerpo técnico, tal como reconoce Ángel Rodríguez, el segundo de abordo de Paco Herrera. "El rendimiento de Borja está siendo excepcional. Para muchos, y yo me incluyo entre ellos, está rindiendo por encima de lo esperado. No teníamos claro que la rodilla le fuese a aguantar tanto tiempo sin darle problemas", explica el segundo técnico céltico. Y precisa: "Yo me he enfrentado a él como jugador y sé de lo que es capaz, pero después de tanto tiempo parado nos asombramos de que no le esté dando problemas porque se entrena a un ritmo bastante intenso y compite bien. Y el fútbol ya lo tenía. Nos da un fútbol distinto, porque hace un poco de todo: corta, distribuye, manda, organiza y cubre zonas de campo que otros no son capaces de cubrir", remacha.
Julio Bernardo / Faro de Vigo
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