Ya vienen los Reyes


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Foto: marca.com (el cuarto por abajo es Makelele en su etapa celtista)

Nunca he sido muy monárquico. Y las Navidades dejaron de hacerme ilusión hace mucho tiempo, cuando apenas contaba con 10 o 12 años ya comenzaba a notar que las cosas no eran del color que habíamos imaginado mucho antes. Sin embargo la víspera de Reyes siempre será especial. Por motivos estrictamente futbolísticos. La víspera de Reyes, además de anticipar y aventurar los regalos que te van a caer, es la franja entre el fin de las vacaciones y la vuelta del fútbol, ese ente tan adictivo que, de una manera o de otra, nos hace sufrir y sonreír. Este año la víspera de Reyes es eso multiplicado por dos, porque el Celta, nuestro Celta, juega el día 6. Algo insólito que yo recuerde, aunque varias han sido las veces que se ha jugado antes y muchas las que ha sido inmediatamente después.

El caso es que ahora, con el amigo Roures al frente de los horarios y el reparto monetario los viernes, aunque sean festivo y sea el día que los niños menos pendientes querrán estar del fútbol, habrá Liga. Y nos ha tocado a nosotros, pobres infelices, batirnos con el Alcoyano mientras tomamos el roscón con la familia y terminamos de abrir los últimos regalos. Esto no es Inglaterra, allí se respetan las tradiciones y se incrementa el número de partidos durante los días navideños pero nunca en festivo, a sabiendas de que la gente se vuelca y van a los estadios más niños que nunca entre semana por estar de vacaciones. ¿Veremos algún día algo así? ¿Se seguiría hablando de calendario apretado (y más en año de Mundial y/o Eurocopa) si durante el tiempo navideño se adelantan tres o cuatro partidos? Sé que soy un ingenuo y que pensar en un “boxing day” a la española es más utópico que posible, pero da rabia.

Da rabia porque además de echar de menos el fútbol durante estas fechas, la vuelta la programan tarde, mal y arrastro. Por eso nos encontramos con esta situación, con el agravante de tener que repartir esfuerzos entre compromisos familiares y el partido que nuestros chavales juegan en Alcoy. Partido difícil y trascendental que afrontamos con varias bajas, todo sea dicho de paso. El caso es que da la sensación de que no se piensa mucho ni en los equipos (que vuelven casi sin tiempo para preparar el partido y con la espina clavada de no poder disfrutar de su familia en este día) ni en el aficionado. El mundo al revés, porque si el fútbol no lo construyen estos dos gremios yo me bajo de este juego.

Toca resignarse y hacer una última carta a los Reyes con el tiempo justo pidiéndoles la victoria. Reitero que no soy yo el más navideño de los mortales ni creo demasiado en esos tres tipos con camello, pero ante la difícil salida que tenemos mañana me agarro a las medidas más desesperadas. Así que, Queridos Reyes Magos, os pido la más cómoda de las victorias y el mayor número de goles posible. Bueno, me conformo con un 0-1 en el último minuto y con gol de Yoel desde su propia portería (al estilo de Tim Howard en Inglaterra ayer), que con esto del campo tan pequeñito ya se sabe…Espero que atendáis mis peticiones y que mañana, además de abrir unos cuantos regalos (los que se hayan portado bien) podamos celebrar una vuelta satisfactoria a la lucha por el ascenso que tanto ansiamos. Golpe a golpe y verso a verso que diría el poeta.

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