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Foto: Ricardo Grobas |
Este fin de semana arranca
la segunda vuelta para el Real Club Celta. Una segunda vuelta que puede
catapultar a los celestes hacia al éxito o hacerlos recuperar el fracaso. Se
inicia con una terna de partidos de vital importancia justo antes de afrontar
el Tourmalet del calendario, como así definió Paco Herrera a los tres choques
frente a Elche, Almería y Valladolid que esperan a los celestes en el próximo
mes. Girona, Murcia y Recreativo son tres pruebas importantes para posicionarse
correctamente en el pelotón de cabeza a la espera de afrontar las etapas de
montaña.
La primera reválida
aguarda esta tarde a los vigueses sobre el césped de Montilivi. El Girona,
recientemente remodelado tras la destitución de Raúl Agné como entrenador y la
contratación de Josu Uribe, atraviesa serios problemas esta temporada. Los
catalanes, un equipo al que se le vaticinaban mejores resultados, parecen
destinados a sufrir para mantener la categoría. A día de hoy es penúltimo con
17 puntos, a tres de la salvación. No obstante, ni por juego ni por plantilla
debería bajar a Segunda B, por lo que la visita a tierras gerundenses no se
antoja fácil para un Celta que, no obstante, no pierde en Montilivi desde los
años 30.
Una semana más
tarde, con el mismo horario (sábado a las 18:00), pero en el estadio municipal
de Balaídos, el Celta recibirá al Murcia, equipo revelación de la temporada
junto al Córdoba y que en estos momentos se encuentra a sólo tres puntos de los
puestos de promoción de ascenso. Ya en el partido de ida en la Nueva Condomina
los de Paco Herrera tuvieron serias dificultades para superar a un recién
ascendido como es el equipo pimentonero. Aquel día decidió la maestría de De
Lucas a balón parado, pero parece que para el choque que viene, y dada la
evidente mejoría de un equipo que ha ido de menos a más, va a ser necesario
algo más que eso si los celestes quieren retener los tres puntos en Vigo.
Y por último,
también en Balaídos (viernes a las 21:00),el Recreativo regresa a un campo en
el que el año pasado desactivó completamente al Celta, imponiéndose por 0-3 y
confirmando el inicio de una crisis que llevaría a los vigueses a perder el
tren del ascenso directo. El Decano, al que se le auguraban problemas a
principio de temporada debido a sus dificultades económicas, está salvando la
temporada sin excesivos contratiempos. Actualmente navega por aguas tranquilas,
con siete puntos sobre los puestos de descenso, y ya hizo sufrir al Celta en el
Nuevo Colombino, donde un gol postrero de Aspas y un penalti marrado por Juan
Villar otorgaron el triunfo a los de Paco Herrera.
Se antoja vital
obtener una buena cantidad de puntos en estos tres encuentros si los celestes
desean llegar al Tourmalet en condiciones de pelear de poder a poder con las
mejores bicicletas de la categoría. Tropezar en estas tres citas significaría
tener que jugarse el todo por el todo frente a ilicitanos, almerienses y
pucelanos, con escaso margen de error y bajo el riesgo de poder quedar
descolgados de la cabeza de carrera a muchos días de terminar el Tour. Tan
importantes como lo que viene es lo que toca ahora, especialmente los dos
duelos de casa, donde el Celta debe seguir haciéndose fuerte en Balaídos. Si
esto se consigue, que seguro que sí, llegaremos a los puertos importantes al
frente del pelotón, desde donde la pendiente siempre se ve menos empinada que detrás
de la rueda del rival.
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