Hoy se cumplen 25 años de la desgraciada muerte de José Antonio Gallardo, portero del Málaga que falleció casi un mes después de un desagraciado e involuntario golpe con el por entonces jugador del Celta Baltazar, durante la disputa de un Celta- Málaga disputado el 21 de diciembre de 1986. Ganó el Celta (3-2) con dos goles del propio Baltazar y uno de Lucas, pero eso es lo de menos.
La crónica del Diario Marca, firmada por Manuel Castillo al día siguiente, narraba así lo sucedido: "Se jugaba el minuto 22, y en una jugada aparentemente intrascendente un compañero le cedió el balón, sin percatarse de que el céltico Baltazar estaba cerca y podía intervenir; para impedirlo, Gallardo no tuvo más remedio que lanzarse en busca del balón, de igual manera que lo hizo Baltazar; el choque fue inevitable y visiblemente fortuito. Gallardo quedó tendido boca arriba, inerte, teniendo que ser retirado por las asitencias y trasladado al hospital...".
Cuenta Pablo Díaz, en su blog en Marca, que tras las exploraciones médicas pertinentes, se le diagnosticó una triple fisura en el parietal izquierdo, pero tres días después recibió el alta con orden de reposo. Mejoraba poco a poco hasta que más de dos semanas después entró en un coma irreversible del que ya no se recuperó, muriendo una semana después. El Diario Marca le concedió el título póstumo de Zamora de Segunda División, ya que hasta ese momento era el menos goleado de la categoría. Baltazar, inocente implicado en el desgraciado suceso, decía lo siguiente: "Oré con todos mis sentimientos. Lo siento mucho, no obstante mi conciencia está tranquila porque no he actuado de forma incorrecta".
Una historia que merecía ser recordada, la desgraciada historia de José Antonio Gallardo, con Baltazar como protagonista involuntario.
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