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Foto: Farodevigo.es |
Iniciamos una serie de entradas en las que haremos balance del pasado año fijándonos en los personajes que han rodeado la actualidad celeste, sean jugadores del Celta o rivales que por su importancia han tenido cierta relevancia.
Nuestro segundo protagonista es Michu, el jugador que tuvo en sus botas el pase a la final por el ascenso. El asturiano, que vivió una temporada convulsa, marcada por la polémica de su renovación con el Celta, fue el encargado de lanzar el quinto penalty de la tanda, que podía ser decisivo de haberlo marcado tras el fallo de Carlos Calvo, que dejaba al Celta en franquía.
El asturiano cogió el balón con firmeza, lo colocó en el punto de penalty, engañó a Roberto, adelantado más de un metro por lo que se debería repetir el penalty, pero su lanzamiento se fue demasiado alto, llevándose consigo las esperanzas de una afición que tenía fe ciega en sus posibilidades de ascenso.
Pero el protagonismo de Michu no se ciñe estrictamente a ese penalty, si no a todo el asunto de su renovación, totalmente descartada desde meses antes, pero prolongada por la esperanza de gran parte de la hinchada celeste, que confiaba en seguir viendo al asturiano con la camiseta celeste. Muchos equipos se interesaron por él, incluso el propio Granada, así como el Betis o el Rayo, que finalmente se llevó el gato al agua. Pero antes de eso, su renovacion era tema de debate en el celtismo.
Él mismo alentaba esa posibilidad en una entrevista concedida unos días después del fatídico día, cuando reconocía que si tenía que irse "sería con todo el dolor de su corazón". Aquello hizo pensar a la hinchada en la opción de retener a Michu, especialmente porque tras fallar el penalty en Granada fue recibido como un héroe en Peinador, lo que provocó el llanto del jugador nada más aterrizar en Vigo y comprobar la reacción de la afición. Si había una posibilidad de que un jugador cambiase de opinión por la reacción de una afición, ese era Michu, pero esta vez no fue posible, seguramente porque el Celta no realizó una nueva oferta después de encontrarse con la negativa una y otra vez.
Tener a Michu en este equipo nos daría más opciones, pero los caminos de este jugador, fichado para el filial hace cuatro años, y del Celta se separarían, al menos momentáneamente, siempre con la esperanza de una parte de la afición de que algún día vuelvan a cruzarse. Michu, sin duda, fue uno de los grandes protagonistas del año que ayer cerramos.
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