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Foto: EFE
Si la Copa del Rey es el torneo idóneo para que los menos
habituales saquen a relucir sus cualidades y demuestren al entrenador el error
que supone no contar con ellos regularmente, ayer sinceramente no lo pareció.
Soporífero partido entre Celta y Espanyol en el que lo más positivo fue el
resultado, un 0-0 que deja abierta la eliminatoria para el duelo del próximo
martes en Cornellá, donde los celestes buscarán dar la sorpresa ante el
conjunto perico.
Mucho tendrán que
mejorar si quieren conseguirlo. No fue un buen partido en líneas generales. Se
salva la pareja de centrales, Vila-Catalá, la cual tuvo mucha culpa a la hora
de no encajar ningún tanto. Tampoco estuvo mal el reaparecido Dani Abalo, al
menos hasta que le duró el fuelle. Salió ultramotivado el arousano y firmó
buenas jugadas desde el carril derecho, desde donde sacó un par de centros y
algún que otro disparo que fue de lo más peligroso de los vigueses en toda la
primera mitad.
En cambio, no se
puede decir lo mismo de muchos otros futbolistas. No fue el día de Bellvís,
nulo en ataque y con problemas para sujetar a su par. Tampoco Bustos, fuera de
sitio por momentos, aunque con esa entrega y pundonor infinito que siempre
ofrece. Mal Álex López, quizás en su peor partido de la temporada, y en el que
se le vio muy incómodo y lento en la circulación de balón. Lo mismo se puede
decir de Orellana y Joan Tomás, imprecisos y poco inspirados. Ni siquiera los
cambios, Toni, Aspas y De Lucas, estuvieron acertados.
Pero quizás lo más
preocupante fue lo de David Rodríguez. La suplencia lo está matando. Parece
alicaído y tocado moralmente. No le sale un regate, falla en los controles,
erra en el pase y, sobre todo, continúa sin ver puerta. Ayer tuvo una ocasión
franca para convertir a centro de Abalo, pero su disparo se marchó desviado.
Sigue ofreciendo ese trabajo en la presión y esos desmarques constantes que tan
importantes son, pero que se le valoran muy poco. No obstante, con ello no
parece alcanzarle para revertir su situación. Urge recuperarlo cuanto antes,
porque de aquí a final de temporada nos van a hacer falta sus goles.
En resumen, partido
para olvidar en lo futbolístico, pues si el Celta no estuvo bien, el Espanyol
no dio sensación de estar compitiendo en la máxima categoría del fútbol español.
Cornellá dictará sentencia en un partido que esperemos sea más entretenido que
este. Ojalá que allí, si finalmente Herrera es consecuente y apuesta por darle
la titularidad a los menos habituales, estos aprovechen la oportunidad. Ayer,
en general, no lo hicieron.
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