La visita más difícil


Iago Aspas conduce el balón en el campo de Santo Domingo, el año pasado, en el partido Alcorcón-Celta. // Marta G.Brea
Foto: Marta G. Brea

Hemos ido a Riazor a comernos al eterno rival,  acudimos sin miedo al estadio de los Juegos del Mediterráneo para jugar ante el Almería y haremos lo propio, cuando toque, en el Martínez Valero, Pucela y Rico Pérez. El Celta, por historia y sobre todo por calidad, puede y debe ir a todos los campos con la mentalidad de que sacar los tres puntos es posible. Luego puede pasar de todo, y valoraremos si un empate es o no un buen resultado. Pero, a bote pronto, el Celta cuenta con capacidad para profanar cualquier feudo adversario.

Sin embargo, desde que finalizase el encuentro frente al Sabadell existe una corriente de pensamiento entre el celtismo acerca de que una igualada es un magnífico resultado el sábado próximo en Santo Domingo. Y lo cierto es que hay motivos para pensar que es así.

Desde mi punto de vista, el Celta afronta este fin de semana la salida más complicada de la competición. Después, el marcador puede reflejar otra cosa, pero, a priori, la visita a Alcorcón no se antoja nada fácil. Santo Domingo pertenece a ese tipo de campos que se le suelen atragantar a los equipos de la zona alta. Bien por sus dimensiones, bien por la intensidad del rival o bien por la presión de la grada, han sido muchos los conjuntos que han sucumbido cuando los de Anquela actúan como locales.

Por todos es conocida la famosa goleada que sufrió el Real Madrid de Pellegrini en Copa del Rey, donde cayó derrotado por 4-0 a manos de los amarillos. Ya el año pasado, ninguna de las tres escuadras que alcanzaron el ascenso logró arrancar una victoria de la localidad madrileña: Rayo y Granada sucumbieron por 2-0, mientras que el Betis consiguió empatar a tres goles. Sin ir más lejos, el único de los teóricos favoritos al ascenso que ha jugado en Alcorcón esta temporada ha sido un Deportivo que salió escaldado de Santo Domingo tras sufrir un sonrojante 4-0 en contra.

El Celta tampoco puede presumir demasiado de sus desplazamientos al feudo madrileño. Sólo en dos ocasiones ha jugado como visitante frente a los amarillos, las dos el curso pasado y las dos con derrota: 3-2 en Copa y 1-0 en el campeonato liguero.

Con esto no quiero decir que Paco Herrera deba salir el sábado a buscar el empate. El Celta tiene suficiente calidad como para imponerse al Alcorcón. No obstante, y basándonos en la experiencia, un empate quizás no sea un mal resultado, siempre y cuando el Guadalajara salga derrotado de Balaídos la siguiente semana. Esperemos, sin embargo, que el Celta consiga romper el maleficio, llevarse la victoria y saldar con triunfo la, posiblemente, salida más difícil de toda la temporada.  

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