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Foto: Ricardo Grobas |
El celtismo está asistiendo a la segunda etapa de esplendor de uno de los mayores talentos que ha dado la cantera de A Madroa: Borja Oubiña. La primera parte que ayer ofreció el capitán del Celta fue digna del mejor de los teatros futbolísticos. En sus dominios del centro del campo, Oubiña dio un recital de cómo dirigir a un equipo. Y con ese director de orquesta, los celestes movieron el balón con velocidad, buscaron las combinaciones, los espacios y la portería rival sin olvidarse del trabajo sucio cuando era necesario recuperar el balón. De ese modo, todo resultó más fácil para que Orellana y David Rodríguez formasen una pareja letal contra un Guadalajara empequeñecido por la abrumadora superioridad técnica del rival. El triunfo de ayer no hay que disfrutarlo como el de una buena despedida de año sino como el regreso de un futbolista que devolverá al Celta a la máxima categoría en unos meses si sus malheridas piernas aguantan una temporada tan larga y exigente como la que le espera. Con Oubiña y diez más se cumplirá el objetivo.
Oier-Túñez
En las filas célticas hay una pareja que se está ganando a pulso el derecho a aparecer habitualmente entre los diez restantes que colaboren con el gran capitán en devolver a los celestes a la Liga de las Estrellas. El tándem que forman Oier Sanjurjo y Andrés Túñez en el eje de la defensa volvió a mostrarse inexpugnable por segunda jornada consecutiva. Mejoran en la sincronización y la compenetración, y se sienten más seguros a medida que van sumando minutos juntos. Con ellos, las jugadas de estrategia han dejado de ser una pesadilla para los de Herrera. Es el tercer partido consecutivo, incluido el de Copa, que el Celta no encaja goles.
Juego de parejas
El fútbol, que también es un deporte de parejas, aunque lo jueguen once, permite que Balaídos contemple a uno de los mejores dúos de pivotes de Segunda División. Porque Alex López es el complemento ideal para acompañar a Oubiña en la creación del juego. El ferrolano se contagia del maestro, con lo que los cuatro atacantes disfrutan de los balones que envueltos como regalos le llegan a los espacios libres o para arrancar hacia el área rival en las mejores condiciones. La conexión entre líneas está asegurada con unos futbolistas que derrochan talento y hacen soñar a la afición con el premio gordo en el próximo mes de junio.
Orellana-David
El emparejamiento que ayer resultó decisivo para la victoria del Celta fue el formado por Fabián Orellana y David Rodríguez. Entre los dos se fabricaron los goles que en la primera parte dejaron sentenciado un partido que se esperaba complicado por el entusiasmo con que compite el Guadalajara en su primer año en Segunda División. El chileno y el talaverano marcaron gracias a dos grandes gestos de generosidad: primero por parte de David Rodríguez y después de Orellana. Cualquiera de los dos podía haber buscado la acción individual, pero en el último momento asistieron para el compañero que se encontraba mejor situado, y así llegaron dos bellos goles.
Empacho de balón
Pudieron ser dos más, al menos, pero Orellana y Dani Abalo se empacharon de balón. El suramericano recibió una pelota inesperada a los cinco minutos de juego. En su veloz carrera hacia la portería se libró del guardameta en una acción artística tan brillante que merecía un remate sin adornos para abrir el marcador. Pero a Orellana le gusta la floritura y acabó permitiendo que el defensa llegase a tiempo de interceptar su remate. Y ya en la segunda parte, con el 2-0 a favor, Abalo se fue hacia un balón que quedó libre en el área. Delante se le abrió una portería tan inmensa que le dio tiempo a pensar cómo celebraría el gol con el que lleva semanas soñando. Pero el golpeo fue tan deficiente que el balón se fue al cielo, y el resultado se quedó como estaba cuando los dos equipos se marcharon a disfrutar de diez minutos de descanso en el vestuario.
Recuperación anímica
Aparte de la victoria y los tres puntos que dejan al Celta provisionalmente en la cuarta posición de la tabla clasificatoria, igualado a 30 puntos con el Deportivo, que este mediodía juega en Las Palmas, el choque de ayer ante el conjunto manchego permitió que Herrera recuperase anímicamente a dos futbolistas que pasaban por malos momentos: David Rodríguez y Dani Abalo. El primero ya ha alcanzado a Iago Aspas como máximo goleador del equipo, con siete tantos. El toledano aprovechó la baja de Aspas por lesión €el de Moaña ya no regresará hasta el nuevo año€ para recuperar la posición de delantero centro. Y no solo marcó sino que también dio la asistencia para que Orellana abriese el marcador. El gol se lo dedicó a Herrera con un fuerte abrazo, en una demostración del buen ambiente que se mantiene en el vestuario celeste. Abalo, que había sido titular en la Copa, tuvo ayer su oportunidad en la Liga después de dos meses de ausencia por decisión técnica. El arousano salió en la segunda mitad por De Lucas y tuvo una actuación aceptable. En Alcoy, a la vuelta de las vacaciones, puede tener una nueva oportunidad pues De Lucas no podrá jugar porque ayer vio la quinta tarjeta amarilla, lo que le acarrea una sanción de un partido sin jugar.
Vitaminas para crecer
Estas victorias tan claras en casa, donde el Celta pasaba enormes apuros en los últimos tiempos, sirven de refuerzo vitamínico para un equipo que se encuentra en pleno crecimiento. Lo afirma su entrenador, Paco Herrera, que la víspera de la Copa anunciaba que en el partido de ida ante el Espanyol jugarían Abalo y diez más; y que en el de vuelta serían De Lucas y diez más. Se olvidó de la Liga, en la que juegan Oubiña y diez más.
Jaime Conde (Faro de Vigo)
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