¿Titular o revulsivo?


Foto: Lalo R. Villar
El fútbol, cual jungla, está abarrotado de múltiples y muy variopintas especies. Diferentes entre sí, todas ellas colaboran a la riqueza de un deporte único, donde el más patán de los futbolistas puede acompañar en el once al más estiloso de los jugadores. Técnicos, tácticos, ofensivos, defensivos, rápidos o lentos, poderosos o endebles físicamente, todos pueden tener cabida en el rectángulo verde.

Pero quizás la mayor distinción que existe sea aquella entre titulares y suplentes, entre la primera y la segunda opción, entre la confianza y la oportunidad, entre el elegido y el revulsivo. Fabián Orellana vive entre esta última disyuntiva. Los hechos así lo obligan, pues ha disfrutado de titularidad y suplencia casi a partes iguales, pero con sensaciones bien diferentes en cada una de ellas.

Desde el banquillo, ha sido una pieza desequilibrante para desactivar partidos atascados y darle ese plus necesario al Celta con el que revertir situaciones adversas. Frente al Valladolid, donde un gol de falta en el tiempo de descuento recató un punto para los vigueses, en Riazor, revolucionando el choque y marcando el gol del empate celeste, o en Villarreal, dinamitando el partido con dos jugadas individuales que propiciaron el doblete de Iago Aspas.

Sin embargo, el chileno no ha sabido aprovechar la oportunidad que estas buenas actuaciones le han proporcionado en el once titular. Ha sido de la partida frente al Numancia en Soria y ante Las Palmas, Girona, Cartagena y Hércules en Balaídos, y en ninguno de esos encuentros ha sacado a relucir su mejor nivel. Atrevido e insistente, no termina de mostrar una regularidad en su juego, pues es capaz de la mejor acción en forma de una sutil finta o un magistral pase al hueco, como de enredarse en regates estériles que ralentizan el juego de ataque celeste. A su favor hay que decir que nunca ceja su empeño y que jamás se esconde, ofreciéndose siempre para recibir el balón y buscar la portería rival.

El debate está en la calle: ¿debe Orellana ser titular o haría bien Herrera en aprovecharlo para las segundas partes? En un principio, parece ilógico pensar que un futbolista de su calidad tenga que vivir los comienzos de encuentro desde el banquillo, pero también es cierto que siempre que ha salido en los minutos finales, con el rival cansado y un partido más abierto, su clase se ha impuesto y ha resultado desequilibrante. Sea como fuere, lo evidente es que el chileno es y será un hombre clave en este Celta.

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