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Foto: LOF / Faro de Vigo |
El pasado sábado se daban cita en el Mini Estadi los dos últimos entrenadores del Real Club Celta. Ambos llevaron las riendas del banquillo celeste durante periodos largos de tiempo, siendo los dos primeros entrenadores estables de la era Mouriño. Eusebio llegó al Celta con la Temporada 2008-09 cabalgando por su segunda vuelta, y completó la siguiente temporada, siendo su sucesor en el banquillo Paco Herrera, que ya ha dirigido 55 partidos de Liga, contando los dos del pasado play-off.
Son entrenadores que dejarán una huella profunda entre el celtismo. Eusebio por el buen juego que desplegó el equipo, por su decidida apuesta por la cantera y por la brillante participación del Celta en Copa del Rey bajo su mandato, y a Herrera porque bajo su batuta el Celta volvió a competir por el ascenso después de tres años desastrosos, donde la mayor preocupación era el descenso y la permanencia se llegó a convertir en un logro.
Sin embargo, verlos juntos en el mismo estadio daba lugar a la reflexión. Las comparaciones son odiosas, pero no dejo de preguntarme lo siguiente: ¿Qué haría este Celta si Eusebio lo entrenase? ¿Qué hubiéramos hecho el año pasado con De Lucas y David Rodríguez en plena forma, en lugar de los Cellerino y Arthuro con los que lidió el de La Seca? ¿Lograría Eusebio llevar al Cetla al play-off como hizo el año pasado Herrera?.
Son preguntas con difícil respuesta, pero lo cierto es que la huella de Eusebio en el Celta es indeleble, y de hecho, es notoria en la actual plantilla. Así lo atestiguan jugadores como Yoel, Hugo Mallo, Iago Aspas, Túñez y compañía, que debutaron con el vallisoletano en el banquillo y hoy son piezas destacadas en el primer equipo. Y tampoco lo olvidan las arcas celestes, que recibieron un buen dinero con los traspasos de Jordi Figueras y Joselu, jugadores que, o bien debutaron con Eusebio, o bien se hicieron con la titularidad con él. La herencia de Eusebio es tremenda y la vemos cada día. ¿Qué herencia dejará Herrera? ¿Álex López?.
Ningún otro jugador además del ferrolano ha tenido continuidad con Herrera llegando desde el filial. Álex López había debutado con Eusebio, pero había sido de forma testimonial. Realizó la pretemporada con el Celta tras la llegada de Herrera y el técnico catalán se enamoró de él. ¿Y quién no?. Tal fue el amor a primera vista que jugó desde el primer partido hasta el día de hoy. Y ahí paramos de contar. Herrera no ha vuelto a dar la alternativa de verdad a ningún jugador. Ha ninguneado a Víctor Vázquez y rechazó a varios jugadores. Jota está esperando la continuidad en el primer equipo que no le llega a pesar de que muchos vemos en él condiciones para, al menos, pelear por una plaza en el equipo. ¿No sería mejor salir en Barcelona con Jota como mediapunta titular antes que ver a Natxo Insa?. Viendo lo que vimos el otro día, es inevitable pensar qué hubiese hecho Eusebio.
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