Nocturno para viola y violín en derbi mayor


Foto: FdV

Música, fútbol y amor. Pasión por el derbi en la distancia. Fabio Salgado y Paula Santos navegarán por internet para vivir el encuentro al detalle. Animarán a sus equipos como si lo presenciasen en Riazor. Concluido el choque, buscarán algún local abierto en el que festejar la victoria o ahogar las penas, según haya repartido su fortuna el balón. Encontrar ese refugio en la pronta noche holandesa de Rotterdam se les antoja la misión más complicada.

Fabio Salgado nació en Vigo. Toca el violín. Es socio del Celta. Paula Santos nació en A Coruña. Toca la viola. Es socia del Deportivo. Se conocieron en la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia, que tiene sede en la capital herculina. Salgado residió allí durante un año. Cundió el romance. Ya cumplen cuatro años de novios, ligados en su camino por los laberintos del aprendizaje artístico. Salgado estudia en el conservatorio de Rotterdam, donde Santos está este curso gracias al programa Erasmus. Exprimen el tiempo porque el próximo septiembre los encontrará separados. El fútbol tiene un hueco en sus vidas.

Emprendieron la aventura tras el pasado verano, que pilló a Paula con la tristeza fresca del descenso. "De bajón", relata Fabio, más habituado a los golpes del destino. "Los del Celtiña somos sufridores. Los del Deportivo empiezan a serlo este año".

Su militancia no mengua en la lejanía. Ambos han querido conservar el carnet de sus clubes aunque su Balaídos y su Riazor sean una pantalla de ordenador. Esa red los conecta al hogar. Cuando bucean en busca de noticias, reservan un click para la actualidad deportiva. Han conocido al instante, por ejemplo, la controversia provocada por las declaraciones de Iago Aspas. En Fabio y Paula, como pareja, se ejemplifica que la rivalidad deportiva puede gestionarse con cariño. "Las polémicas son tonterías. Al final, es fútbol", reflexiona Fabio. "Tú serás del Celta, yo del Deportivo", cantaba Siniestro Total. Rock patrio que la pareja de novios versiona en estilo clásico, mezclando lo desatado y lo sereno. "Pase lo que pase, nos seguiremos queriendo", bromea él.

Faro de Vigo 

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