El talismán


Foto: Marta G. Brea
El fútbol, como todo juego, se encuentra inevitablemente unido al caprichoso azar. Es la fortuna una fuerza lo suficientemente poderosa como para cambiar el sino de un encuentro, para modificar el guión de una temporada, para enderezar el rumbo de un equipo. Sin invitación previa, suele aparecer y trastocarlo todo a su antojo, tanto para bien como para mal. Y muchas veces surge ligada a un rostro, al nombre de un futbolista que pasa a ser la imagen del momento que vive el conjunto. Un futbolista que, de la noche a la mañana, se convierte en talismán.

Mario Bermejo tiene el orgulloso honor de ser el talismán del Real Club Celta. Hasta la fecha cuenta por victorias casi todas sus apariciones con la elástica celeste. Su único lunar hay que ir a buscarlo a tierras andaluzas, en el estadio de Chapín, donde los vigueses no fueron capaces de ganar, pero sí de arrancar un punto a última hora ante un buen Xerez. Todo lo demás, incluyendo el duelo copero ante el Real Valladolid, son triunfos.

La racha comenzó en Murcia, donde “SúperMario” se estrenó en partido oficial con la camiseta del Celta. Los de Paco Herrera vencieron por 1-3 con una estelar actuación de Quique De Lucas y un partido muy completo del delantero cántabro. Una semana más tarde, la mala suerte se cebó con Bermejo, quien tuvo que ser retirado del terreno de juego debido a una fractura de clavícula que lo tendría apartado de los terrenos de juego durante algo más de un mes. Antes de su sustitución, el equipo ya ganaba con gol de Álex López, y terminaría imponiéndose en las postrimerías del encuentro por 1-2, después de una diana de Iago Aspas.

La lesión apartó del once al ex-futbolista del Xerez y Racing de Ferrol hasta el 12 de octubre, día en que reapareció para jugar y marcar en la goleada copera del Celta ante el Valladolid. Cuatro días después, quizás en su partido más gris hasta el momento, los celestes arrancaron un empate en Xerez con dos goles de Aspas y Catalá en los instantes finales de partido. Y esta última semana, siendo junto a Yoel y Oier el único futbolista del plantel que no ha sido víctima de las rotaciones, ha contribuido notablemente en las tres victorias cosechadas ante Huesca, Girona y Villarreal B, especialmente en esta última donde abrió la lata en el primer minuto de juego.

En total, siete encuentros oficiales con el Celta y un balance de seis victorias y un solo empate. Sin él, los vigueses ganaron a Las Palmas en Copa, pero únicamente sumaron cuatro puntos de quince posibles en liga. Estos números se explican, en gran medida, en el siempre inexplicable azar. Pero también en el nivel de un Mario Bermejo que está aportando mucho al equipo dirigido por Paco Herrera. Condición de talismán al margen, su fútbol mejora el fútbol del Celta y le añade una dosis de calidad que sin él no tiene. Seguramente se perderán partidos con el cántabro en el campo. No obstante, por sus virtudes y porque con él las “meigas” están de nuestro lado, conviene reservarle un sitio fijo en el once.

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