El fin de una maldición

Foto: Eugenio Álvarez

El veinte de junio de 2009, David Rodríguez conseguía, en el minuto ochenta y siete de un intrascendente partido disputado en Balaídos ante el Xerez, batir la portería del guardameta francés, que en aquellos tiempos defendía la elástica xerecista, Porato. Ochocientos sesenta y tres días después de esto, Mario Bermejo obtuvo, en la Ciudad Deportiva del Villarreal, un gol que guarda mucha relación con el anterior, ya que con este tanto el delantero santanderino ponía fin a una maldición que atormentaba a todos los jugadores que portaron el número nueve en la camiseta celeste desde aquella soleada tarde de junio. Ningún jugador con dicho dorsal había vuelto a marcar un gol en Liga.

Este dato resulta escalofriante, ya que el “nueve” suele ser el hombre al que se ficha con el objetivo de anotar tantos, el goleador. Además en el club vigués, siempre han portado este dorsal jugadores de gran calidad, como Revivo, Mido, Baiano, Juan Sánchez o Baltazar, que en menor o mayor medida siempre han aportado goles.

Pero si pienso en los jugadores que han utilizado este dorsal en estos poco más de dos años, el delantero brasileño Arthuro -considerado por mucha gente como uno de los peores jugadores de la historia del Celta por su lentitud y por su eterno “trote cochinero”- y el griego Papadopoulos -un jugador muy querido por parte de la afición céltica por su profesionalidad y sacrificio, pero que en el tiempo que lleva en Vigo ha demostrado nulas cualidades de cara a gol- el dato deja de provocarme escalofríos, y lo que pasa a provocármelos es el bajo nivel de la dirección deportiva, durante este período, a la hora de fichar delanteros, quizás lastrados por la precaria situación económica de la entidad, ya que el gol es lo más caro en el mundo del fútbol.

Después de todo este tiempo, parece que por fin la secretaría técnica del club ha acertado con el fichaje del “nueve”, ya que Bermejo reúne todas las características necesarias para hacer olvidar al celtismo esta maldición y a estos jugadores que en los últimos años han hecho que la afición del club vigués añore celebrar un gol del jugador que lleva ese dorsal en la espalda.