Así estábamos todos, tan sorprendidos, que la celebración no fue homogénea, sino por tiempos, sino que cada uno lo iba celebrando conforme se iba dando cuenta e iba asimilando lo que estaban viendo sus ojos. ¿Sería posible que fuese cierto? ¿Era un penalty a favor lo que estábamos viendo en Balaídos? ¿Tan cerca está el fin del mundo como para que comiencen a producirse anomalías de este tipo?. El caso es que mientras no salíamos de nuestro asombro, más de uno empezó a hacer cuentas, contando los días, calculando los tiempos. A los de memoria olvidadiza ya se les había olvidado que fue Trashorras ante la UD Las Palmas el último jugador que tuvo el privilegio de un penalty a favor en Balaídos.
Desde ese penalty, los canarios visitaron Balaídos en ¡Tres ocasiones!!, dos en Liga y una en Copa. Es más, hablar del último penalty en Balaídos es casi hablar de historia. Cuando algún día reformen Balaídos, las excavaciones darían con un hallazgo que solo podría determinar la prueba del Carbono 14: "Sí, confirmado, este es el silbato con el que se pitó el último penalty en Balaídos". Así es como veíamos el futuro muchos de nosotros, pero ahí estaba Ocón Arráiz para impedirlo señalando la pena máxima, que ya habría podido señalar unos minutos antes tras una falta cometida sobre Iago Aspas. Pero claro, tampoco seamos avariciosos, Muchos hubiésemos firmado este penalty en los 29 partidos anteriores, y seguramente hasta nos hubiese venido mejor.
Por eso, cuando Joan Tomás destrozó la grada de marcador con su disparo, nos lamentamos doblemente. ¿Cuánto tiempo tardaremos en volver a ver algo así en Balaídos? ¿Cuántos partidos tendremos que jugar para tener esta oportunidad? ¿Cuántas veces más tendrá que venir la UD Las Palmas antes del próximo penalty?. Solo Sánchez Arminio lo sabe.
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