Previa Celta-Valladolid: A confirmar una incongruencia


Si el Celta vence mañana en su partido matinal de Copa del Rey al Real Valladolid, confirmará lo que muchos nos temíamos, pero que nunca creímos posible. El Celta gana en el torneo del KO lo que pierde en la competición regular. Tanto Valladolid como Las Palmas, dos conjuntos a los que los vigueses se enfrentaron ya en liga, consiguieron puntuar en el siempre accesible estadio de Balaídos. Sin embargo, los canarios fueron doblegados hace poco más de un mes en Copa, mientras que los pucelanos pueden correr la misma suerte. Es, realmente, inconcebible, que los vigueses consigan eliminar a estos dos conjuntos en una competición en la que, al fin y al cabo, su único propósito es el de ser banco de pruebas de los menos habituales; al tiempo que en la liga, ese torneo que da acceso a jugar al año que viene en Primera División, volasen 5 puntos (6 de no ser por la calidad a balón parado de Orellana) frente a estos mismos equipos. El mundo al revés.

Pero para que este despropósito ocurra, los celestes deben primero ganar mañana al Valladolid a partir de las 12 de la mañana. No estamos ante una tarea nada sencilla, pues, aunque el Valladolid llega a Vigo plagado de importantes ausencias, es de sobra conocida la dificultad de los de Paco Herrera para sacar adelante los partidos en el estadio de la ribera del Lagares. Una victoria se antoja importante, pues serviría para recuperar la moral de un vestuario tocado por el pinchazo del pasado sábado. Al mismo tiempo, valdría para comenzar a reconciliarse con una afición demasiado paciente que ve cómo domingo tras domingo sus jugadores son incapaces de darle una alegría. No es lógico el comportamiento del Celta en Balaídos. Los cerca de 10.000 aficionados que acuden regularmente al estadio no se merecen unos números tan paupérrimos como locales, condición en la que el Celta sólo ha sumado cinco victorias a lo largo de 2011. Hay que revertir esta situación ya, y lo mejor es empezar cuanto antes.

Para mañana, Herrera tiene preparada una semi-revolución en el once con la intención de conceder minutos a los menos habituales. Fuera de la lista se han quedado Jonathan Vila-el único futbolista del plantel que había disputado todos los minutos-, Álex López, Fabián Orellana y un Dani Abalo al que, personalmente, pienso que le viene bien no jugar mañana, pues lo que ahora más necesita el arousano es desconectarse del entorno y evadirse de una presión que no le permiten rendir al nivel que se le presupone. De este modo, el once vigués estará formado por Sergio en portería; línea de cuatro con Hugo Mallo y Bellvís en los laterales, y Catalá y el recuperado Oier, quien se estrena con la camiseta del Celta en partido oficial, como centrales; el centro del campo será para Borja Oubiña, Natxo Insa y un Joan Tomás que volverá a sus labores de enganche; arriba, Iago Aspas y Toni secundarán al reaparecido y añorado Mario Bermejo. Mientras, en el banquillo esperará gente como Cristian Bustos, Roberto Lago, David Rodríguez o Quique De Lucas, de los que Herrera podrá echar mano si el partido se complica. Además, también entraron en la lista Jota y Raúl Navas, procedentes del filial.

Si el once celeste está plagado de novedades, se puede decir lo mismo, elevado a la máxima expresión, en el caso de los pucelanos. Djukic, consciente de que la importancia está en la Liga, ha decidido dejar la Copa para los menos habituales, incluídos jugadores del filial. Tal es la revolución que llevará a cabo el técnico serbio, que dejará en la ciudad del Pisuerga a los once futbolistas que fueron de la partida el domingo pasado en Almería. Ante tantas novedades, se antoja un poco difícil confeccionar una posible alineación, pero sí se puede afirmar que futbolistas como Manucho, Razak o el recién llegado Varela dispondrán de minutos.

En definitiva, partido para recuperar la confianza de la grada y para confirmar un desaguisado. Soy de los que va a ir mañana a Balaídos con la intención de ver ganar al Celta, pero también aseguro que el quedar eliminado de una competición intrascendente y que de poco o nada puede servirle a los de Herrera, pues casi es lo mejor que nos puede pasar. Una vez en el campo, tanto jugadores como afición saldremos a ganar, y de conseguirlo, confirmaremos que este Celta vive en un mundo al revés: perdiendo lo que tiene que ganar y ganando lo que podría perder. Es lo que hay.

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