El Celta ha sufrido un duro varapalo el pasado domingo en Almería. Una derrota que dolió, no por el hecho en sí mismo, ya que entraba dentro de los planes poder perder en el Juegos Mediterráneos, sino por la forma y la imagen que dejó el equipo ante un rival que tampoco hizo gran cosa. Por ello, conviene cambiar esa imagen, pero sin desesperarse, ya que aún queda mucha Liga por delante.
De hecho, quedan 38 partidos, como diría López Caro, la Marathón no ha hecho más que empezar. La derrota duele, porque ninguna se encaja bien, pero aún tenemos en el bolsillo el rédito de las dos primeras victorias, que sitúan al Celta en mitad de tabla y muy cerca de los puestos nobles.
Este domingo nos visita el Real Valladolid, un rival difícil, pero ideal para la situación actual, puesto que una victoria tendría un valor doble. Por un lado el de reencontrarse cno la victoria, de por sí importante, y por otro el hecho de derrotar a uno de los que será, al menos en teoría, rival por el ascenso.
Los jugadores ya han dicho que hay que seguir hacia delante, que esta derrota no puede minar su moral, sino fortalecerla, y tal vez eso mismo debería suceder con la afición. Hay que levantarse y seguir. Esto será muy largo, pero saldremos adelante.
0 comments:
Publicar un comentario