Goles son amores


Siete goles a favor. Ese es el dato goleador del Celta en los cinco partidos disputados hasta el momento. ¿Es un dato positivo o deberíamos preocuparnos? La temporada pasada, a estas alturas, contaba el Celta con tres goles más en su casillero. La diferencia no es abultada y ni siquiera debería resultar alarmante. El problema es otro. Daba la impresión, el año pasado, de que había muchísima más efectividad arriba que en esta temporada. El partido contra el Valladolid es una clara muestra de ello. Entre David y De Lucas se fallaron más de tres ocasiones claras de gol que, de haber sido aprovechadas, hubieran provocado un resultado muy distinto del que finalmente subió al marcador. Con gol de falta sobre la campana incluido. Sin embargo el equipo pucelano necesitó prácticamente ocasión y media para hacernos gol. ¿A dónde se fue la efectividad del Celta? Parece que desde la segunda vuelta de la temporada pasada los puntos de mira están excesivamente desviados. ¿Cuál es la razón?

Podríamos hablar de mala suerte, agarrotamiento, tensión o ansiedad. Cualquiera de esas razones es válida. El caso es que, por unas razones u otras, el Celta necesita generar demasiadas ocasiones y demasiado peligro para hacer gol. Y no debería ser así. Si bien el año pasado David enchufaba todo balón que tenía por delante, este año le cuesta sudor y sangre conseguir un gol, llevando dos hasta el momento y desde una posición que no es del todo la suya. Y es que ahí tenemos una posible razón del desatino de la gente de arriba.

David, desde hace un par de partidos, parece relegado incondicionalmente a jugar pegado a la banda izquierda. ¿Acierta Herrera con esta decisión? Yo creo que no. David es un depredador de área, un delantero de movimiento sin balón y certero con pocos toques. Pegado a la banda, en estático, se pierde y se vuelve previsible, muy fácil de defender para el contrario. Y además, jugando pegado en banda, tarda mucho más en incorporarse a las jugadas de ataque y en llegar a las segundas oportunidades. Como muestra tenemos la increíble galopada de De Lucas en la primera parte de ayer que acabó con un tiro raso rechazado por Jaime. David, al moverse desde la banda, estaba muy alejado de la posición de ataque y llegó tarde al rechace con dos defensas por delante.

¿Debe Herrera seguir apostando por David pegado a banda? ¿Se aprovecha como es debido su velocidad en esa posición? Teniendo a un jugador como Orellana, gran driblador y centrador, parece incongruente que éste no figure pegado a la izquierda. Ayer, en los últimos veinte minutos, Orellana y David intercambiaron sus posiciones y el primero dejó destellos de su calidad en internadas que finalizaron con buenos centros con la pierna izquierda. David, por su parte, se sintió más cómodo y generó buenos movimientos teniendo buenas ocasiones de gol marradas más por mala suerte que por condiciones. Así que, a pesar de llevar tres goles menos que la temporada pasada, el Celta sigue siendo un equipo con pólvora y con multitud de ocasiones de gol que tarde o temprano serán materializadas por los jugadores de arriba. Eso sí, Herrera debería dejar de experimentar y colocar a cada jugador en la posición que más convenga a sus condiciones. Pero eso es ya otra historia.

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