Al Celta le faltó tiempo para remontar


Al Celta le faltó tiempo para culminar una remontada que mereció por su despliegue en los últimos 20 minutos. Un partido que tuvo dos partes claramente diferenciadas, con un juego pobre en los primeros 65 minutos y una  notable mejoría en la recta final con el cambio de sistema de Paco Herrera. Al final fue insuficiente para que los tres puntos se quedasen en Balaídos.

De entrada, Herrera cumplió con lo acordado. En la previa había confesado que Orellana y Oubiña tendrían un hueco en el once inicial, y así fue. El Celta comenzó con Yoel, Hugo Mallo, Vila, Catalá, Roberto Lago, Oubiña, Natxo Insa, Álex López, Orellana, De Lucas y David.

El Celta formaba con un sistema diferente al de partidos anteriores. Se acabaron los delanteros mentirosos, y el equipo recuperó el sistema que tantas victorias le dio el año pasado, con Oubiña en el mediocentro, Insa y Álex López como interiores, mientras que Orellana enlazaba con los dos puntas. En la práctica, la idea de Herrera no funcionó. Es el mismo sistema del año pasado, pero cambian los ejecutores, y eso fue definitivo.

El Valladolid, por su parte, si jugaba con bandas, con Sisi y Nauzet muy abiertos, generando superioridades en el costado. La primera parte no fue del Celta, que estuvo muy desatinado, pero tampoco de un Valladolid que desperdició la oportunidad de decantar el partido a su favor. Digo desperdició, porque a pesar del mal momento del Celta, los de Djukic apenas dieron un solo susto a Yoel.

En una anodina primera mitad, tan solo David, con un envío peligroso al área y De Lucas unos minutos después con una gran jugada repelida por Jaime, sacaron al respetable del tedio reinante. De ahí al final, nada de nada. El Celta, con constantes imprecisiones en el pase no era capaz de aguantar el balón, y el Valladolid tampoco se aprovechaba de su dominio en el centro del campo.

Llegó la segunda parte sin cambios en ambos equipos. El Celta gozó en un minuto de dos ocasiones clarísimas. Primero al saque de una falta lateral enviada por De Lucas hacia atrás, y el remate de Roberto Lago buscando la escuadra se encontró con la manopla de Jaime. Un minuto después, Orellana tuvo una clarísima ocasión, pero su vaselina fue demasiado previsible para Jaime y no tendría consecuencias para el marcador final.

Fue un espejismo, porque tras esas acciones, todo volvió a la normalidad de la primera parte. El Celta necesitaba un cambio, y Herrera decidió darlo. Retiró a un desafortunado Oubiña para dar entrada a Bustos y cambió el sistema, retirando a  Natxo Insa y dando entrada a Joan Tomás. El cambio le dió otra cara al Celta, pero tuvo la mala fortuna de perder un balón en la salida cuando el equipo se estaba reubicando. Nafti aprovechó el regalo para habilitar a Javi Guerra, uno de los mejores delanteros de la categoría, que no perdonó a Yoel.  Fue Bustos quién cometió el error en la entrega, apenas un minuto después de incorporarse al terreno de juego.

Pero decíamos que el equipo cambió su cara con los cambios, y así fue. Herrera deshizo el sistema inicial y pasó a un 4-2-3-1 con el que sufría menos el mediocentro y había más juego por las bandas. Orellana, que había actuado de mediapunta todo el partido, pasó a la banda izquierda, con De Lucas en la derecha, David como referencia arriba y Joan Tomás como enganche. El equipo tenía más sentido, y más opciones, y las ocasiones no tardaron en llegar.

Las llegadas del Celta se sucedieron, con buenas ocasiones de David y De Lucas que ilusionaron a la afición, que empujó al equipo en la recta final. El gol se veía llegar, pero quedaba la duda de si habría tiempo. Jaime se estaba erigiendo en el héroe de los vallisoletanos y la superioridad del Celta era clarísima en esta fase del encuentro, mucho más cuando el visitante Álvaro Rubio fue expulsado. Con un jugador más y un sistema más dinámico, el Celta se avalanzó sobre la yugular del Valladolid, a quién pudo matar David cuando el balón le cayó franco para remachar a gol, pero increíblemente lo echó fuera.

Herrera no se detuvo ahí. Djukic retiró a Javi Guerra e introdujo a Baraja, para que el equipo tuviesae mayor contención en el centro del campo, lo que no consiguió porque el Celta dominaba claramente el partido, y unos minutos después retiró a Nauzet para dar entrada a Bueno y tener la referencia arriba que había perdido con la salida de Javi Guerra, así que el técnico celeste retiró a Roberto Lago para dar entrada a Bellvís, con toda la libertad del mundo para sumarse al ataque.

Tenía que llegar y llegó. Álex López recoge un balón en la frontal y su pase es frenado por la mano de un rival. Pino Zamora señala la falta que Orellana ejecuta de forma magistral. Tal vez ayudó que Jaime tenía problemas físicos, pero el lanzamiento fue maravilloso. Pasaban cuatro minutos del tiempo reglamentario, pero aún el Celta tuvo su oportunidad. Otra mano al borde del área, esta vez no señalada por Pino Zamorano, pudo ser la última oportunidad del Celta, pero ya no había tiempo para más.

Un punto que frena la racha perdedora del Celta, y que nos deja sombras y luces. Las luces fueron las de los últimos 25 minutos en las que el Celta mostró su jerarquía, y a eso nos tenemos que agarrar. El próximo fin de semana toca visita a Soria, una plaza siempre complicada. Una victoria se antoja vital para mantenernos en la estela de los de arriba.


FICHA TÉCNICA

Celta: Yoel, Hugo Mallo, Jonathan Vila, Catalá, Roberto Lago (Bellvís, min.85), Oubiña (Bustos, min.62), Natxo Insa (Joan Tomás, min.64), Álex López, Orellana, De Lucas y David.

R. Valladolid: Jaime, Tekio, Marc Valiente, Mongil, Balenziaga, Nafti, Álvaro Rubio, Nauzet Alemán (Bueno, min.85), Sisi (Jofre, min.71), Víctor Pérez y Javi Guerra (Baraja, min.79).

Goles: 0-1, min.65: Javi Guerra; 1-1, min.94: Orellana

Árbitro: Pino Zamorano, del comité castellano manchego. Expulsó con doble amarilla a Álvaro Rubio (min.76) y amonestó a Natxo Insa, Bustos, , Álex López, Javi Guerra, Sisi, Nauzet Alemán, Baraja, Marc Valiente.

Campo: Balaídos, 9.379 espectadores.

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