Infravalorado



Si hace unos días denunciaba la injusticia con la que el celtismo trató a López Garai en las últimas fechas, tres cuartas partes de lo mismo se puede decir de David Catalá. El central barcelonés se ha convertido en el saco de boxeo favorito de una afición que ve en la defensa celeste el principal impedimento para conquistar el ansiado sueño del ascenso. Con una maravillosa parcela ofensiva, la retaguardia está en el punto de mira del hincha, quien la define como el gran talón de Aquiles del Celta de Herrera, pues ya el año pasado fue la línea que más flojeó a lo largo de la temporada.

Y de entre todos los componentes que la conforman, que a día de hoy y a falta de saber si Ortega se queda o se va son siete, Catalá es el que menor simpatía genera en la afición. Es cierto que su final de temporada no fue el mejor, pero lo mismo se podría decir de su pareja en la zaga, Jonathan Vila. También es verdad que él fue el que falló el penalti que nos apartó de Primera en Los Cármenes, pero es que Michu erró antes la pena máxima que nos permitía el acceso. Sin embargo, el ovetense fue ovacionado a su llegada a Peinador y a Vila pocos lo critican; Catalá, en cambio, parece vivir en el ojo del huracán semana sí y semana también.
La verdad es que no lo entiendo. No sé si es por ignorancia o por esa absurda manía de pensar que todo lo de la cantera es mejor que lo foráneo, ese pensamiento que cada vez recorre la cabeza de más celtistas afirmando que lo bueno sólo sale de A Madroa. No lo sé. Igual soy yo el que está equivocado, pero mi impresión es que Catalá es mucho más central que Vila y Túñez, y así lo ha demostrado durante estos dos años.

Es, de largo, el jugador que mejor domina el juego aéreo del conjunto vigués. Asimismo, es el central más rápido de la plantilla. Expeditivo en el corte y mucho más contundente que Vila, no es torpe con el balón en los pies y posee mayor capacidad que Túñez para sacar la pelota jugada. Al mismo tiempo, el curso pasado fue el defensa más goleador de la plantilla, pues anotó dos tantos, uno en Tenerife y otro en Girona, siendo la principal referencia del equipo en los córners y faltas laterales por su envergadura y buen remate de cabeza. Además, en los 38 encuentros que disputó la pasada campaña, todos ellos como titular, sólo recibió 4 tarjetas amarillas y ninguna roja, siendo de los jugadores menos amonestados del equipo.

La campaña pasada fue la de su consolidación. Aunque no comenzó como titular, pronto se haría con un puesto en el eje de la zaga junto a Jonathan Vila. Ambos conformarían la pareja de centrales durante gran parte de la temporada, manteniendo al Celta entre los equipos menos goleados. Con el bajón del equipo, su nivel disminuyó, y ambos se vieron relevados por Túñez y Ortega, o incluso Murillo. No obstante, en el decisivo partido de Granada, estuvieron sobre el campo. Fue una pareja que funcionó bien durante casi toda la temporada, por lo que me resulta curioso los apoyos y palos que se le dan a uno y a otro, respectivamente. No entiendo que se alabe a Vila, que si bien para no ser central hizo una labor estupenda, y se pite a Catalá, cuando el primero muestra muchas más carencias, algunas de las cuales son subsanadas en numerosas ocasiones por la buena colocación y la rapidez del segundo.

Para muestra, el partido del domingo en la Nueva Condomina, donde ciertos sectores de la afición y algunos medios de comunicación culparon a Catalá de la fragilidad defensiva del Celta, cuando fue Vila el que no cuajó una buena actuación, mostrándose lento y desacertado en varias acciones.

En mi opinión, y sin querer faltar al respeto a nadie, el celtismo debería empezar a valorar más a algunos de los jugadores que tiene y dejar a un lado esa creencia que afirma que A Madroa es La Masía, y que todo lo que sale de allí es oro. De la factoría de jugadores de Candeán han salido futbolistas brillantes y otros no tan brillantes. Ojalá algún día podamos ver a un Celta en Primera con un once repleto de canteranos. Pero, si queremos ascender, en el campo tienen que estar los mejores, sean o no de la casa. Y en cuanto a centrales se refiere, el mejor, en mi opinión, es David Catalá.

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