Allá sobre las cuatro de esta última madrugada, el periplo de la selección española sub 20 en el mundial de Colombia llegaba a su fin de la manera más cruel posible. Tras un partido vibrante frente a Brasil, el combinado de Julen Lopetegui cayó derrotado en la tanda de penaltis tras finalizar el tiempo reglamentario con empate a dos goles. De esta manera, las jóvenes promesas del fútbol español se despiden de la posibilidad de reeditar el éxito que once años atrás llevaron a cabo los Xavi, Casillas, Couñago, Coira y compañía, al proclamarse campeones del mundo sub 20 en el campeonato disputado en Japón.
Lo que a priori parece una noticia negativa para el balompié nacional, supone, para el Celta, una buena nueva, pues consigue recuperar a uno de sus futbolistas más preciados: Hugo Mallo. El lateral de Marín, que viene de completar un torneo fantástico, donde ha sido titular indiscutible en la totalidad de los duelos, al tiempo que ha cuajado destacadas actuaciones como contra el propio Brasil, donde dio el pase del primer gol al excéltico Rodrigo, podrá ya incorporarse a la disciplina de Paco Herrera y estar listo, si la huelga no lo impide, para jugar el próximo sábado frente al Girona en Balaídos.
El hecho de volver a contar con el lateral gallego supone un gran alivio para el técnico catalán. Ante la ausencia por sanción de Roberto Lago y la inoportuna lesión del recién llegado Oier, Herrera no disponía de ningún profesional del primer equipo en esa demarcación, viéndose obligado a recurrir al filial, o bien a modificar el sistema y regresar al esquema de los tres centrales. Con la vuelta del “almirante”, el preparador celeste ve cubierto uno de los dos laterales, a la espera de que Oier consiga agotar los plazos de su recuperación y llegar a tiempo a la primera jornada.
Así pues, regresa un Hugo Mallo más maduro y, seguramente, más cotizado. En el reciente campeonato del mundo ha demostrado un nivel propio de un futbolista de Primera División; defensivamente impecable, Hugo ha brillado también por su facilidad para sumarse al ataque, participando del caudal ofensivo de la selección española. El Celta posee en sus filas un diamante en bruto que, de seguir así, poco durará en Balaídos. Es más que posible que el año que viene lo veamos jugar en la máxima categoría del fútbol español, y ojalá que lo haga con la elástica viguesa. Por lo de pronto, ya está de vuelta para ayudar al equipo a lograr el ascenso. El “almirante” ha vuelto. Un problema menos, debe pensar Herrera.
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