Quique De Lucas parece ser un hombre de costumbres. Tal y como hizo la campaña pasada, comenzó esta temporada como un tiro, como un auténtico vendaval que arrasó Murcia y alzó al Celta, a las primeras de cambio, a los puestos de ascenso directo. Acompañado por Bermejo y David Rodríguez, el catalán volvió a demostrar que el Celta es un equipo letal en el área, pues necesitó de escasas ocasiones de gol para fabricar tres tantos, dos de ellos de muy bella factura, y doblegar a un buen rival que tuvo a los celestes contra las cuerdas durante la primera parte del encuentro.
Y eso que en principio no parecía que fuese a ser un partido sencillo para el delantero barcelonés. Al soporífero viaje de 13 horas y al notable calor murciano había que sumarle el ambiente hostil que le iba a esperar en la Condomina. De Lucas, ex-jugador pimentonero, abandonó el equipo murciano para enrolarse en las filas del eterno rival, el Cartagena, escuadra con la que le endosó una humillante goleada en Cartagonova, justo el año en que el Murcia se acabaría hundiendo en el pozo de la Segunda División B. De este modo, y durante todo el encuentro, los insultos, pitos, silbidos y cánticos en contra del jugador del Celta fueron constantes: “De Lucas es un borracho” o “De Lucas muérete” fueron algunas de las muestras de aprecio que dedicó la grada pimentonera al futbolista catalán.
Pero De Lucas, lejos de entrar en provocaciones, se dedicó a hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol. Aunque un poco gris durante la primera media hora, fue el jugador más incisivo del Celta, cargando con la responsabilidad del fútbol ofensivo vigués. De sus botas nacieron las escasos acercamientos con peligro del conjunto visitante, bien a través de libres directos o por medio de algún que otro disparo lejano.
Espectador de lujo de la maravilla que fabricaron Bermejo y David en el primer gol, su momento llegó en el ocaso de la primera mitad. En una arrancada por la banda, un centro suyo golpeó en la mano de Amaya y, justa pero sorprendentemente, el colegiado señaló el punto de penalti. De Lucas lanzaría la pena máxima con maestría, tal y como lo hizo en Granada, con un disparo duro y seco a la cepa del poste ante el que nada pudo hacer el meta Alberto. Victoria momentánea para el Celta al descaso y terrible varapalo para un Murcia que veía como, pese a haber disputado unos buenos 45 minutos, la eficacia celeste había dinamitado su buen juego.
En la segunda mitad vimos otro De Lucas, mucho más participativo y peligroso. Avisaría primero con un zapatazo lejano que a punto estuvo de sorprender a Alberto, para después firmar una auténtica obra de arte. Tras una falta cometida sobre David en el lateral del área, el catalán se inventaría un golazo para enmarcar. Golpeo fantástico, digno del propio Cristiano Ronaldo, que sorprendió al guardameta y se coló, tras golpear en el travesaño, por el palo largo del arco murciano. Simplemente, genial.
Ahí murió el partido y De Lucas sería sustituido por Abalo a poco del final. De nuevo, e igual que la campaña pasada, el catalán sigue marcando diferencias. Tras la salida de Trashorras, ha demostrado que no tiene problema ninguno en echarse la responsabilidad ofensiva del equipo a sus espaldas. Carácter y calidad no le faltan a un futbolista que necesitó dos pelotas paradas para darle al Celta los tres primeros puntos de la temporada. Lo dicho, dinamita pura.
0 comments:
Publicar un comentario