El Celta da la vuelta al mundo


En un pueblo perdido de Vietnam, mientras Adrián Rodríguez cenaba, uno de los guías locales se sorprendió con su camiseta: «¡Oh! Celta de Vigo, Karpin, Mostovoi».

¿Bucearía hasta una profundidad de 25 metros para hacer una foto con la camiseta de su equipo favorito? ¿Arriesgaría su vida acercándola a unos tigres tailandeses? Adrián Rodríguez y Gosia Brendant así lo han hecho. Todo sea por su Celtiña.

Desde Escocia, Irlanda, Italia, hasta Vietnam, Tailandia, Nueva York, Las Vegas o Hong Kong. El Celta ha recorrido el mundo dentro de una mochila.

Adri y Gosi relatan sus aventuras en la web que ellos mismos han creado: Molaviajar.com. En ella cuelgan las fotos de sus viajes e informan sobre cada paso que dan, pero también han decidido llevar al Celta por el mundo y mostrar todas las anécdotas que han vivido con sus camisetas celestes.

En la isla de Koh Tao en Tailandia, estos dos forofos celestes le pidieron a su profesor de submarinismo que les hiciese una foto con la camiseta del Celta. Sí, una foto, pero a 25 metros de profundidad. Tampoco dudaron a la hora de acercar su camiseta a las fauces de un tigre. «Aunque me arriesgué con los tigres no me hicieron nada, pero al llegar al hotel nos enteramos de que el día anterior uno había atacado a una chica que lo había rozado con unos flecos de una camiseta, eso ya no me hizo tanta gracia», afirma Adrián entre risas.

También en Tailandia guardaban un pequeño recuerdo de la época dorada del Celta, ya que encontraron en un mercadillo de camisetas falsas una de cuando el equipo jugó la Champions.

En Edimburgo, mientras Adrián vendía unas fotos escuchó que alguien le decía: «Mi sueño es ir a Balaídos». Él llevaba puesta la camiseta celeste y un chino que nunca había estado en España proclamaba su devoción por el Celta, algo que emocionó tanto a Adrián que terminó regalándole unas cuantas postales.

Pero una pareja tan futbolera como esta no puede dejar pasar la ocasión de visitar los estadios de los clubes más destacados del mundo, aunque, eso sí, siempre siendo fiel a sus colores, algo que les ha costado alguna bronca que otra. En pleno derbi del clásico Roma (camiseta roja)-Lazio (camiseta celeste), los seguidores del equipo local silbaban a Adrián por llevar una camiseta del color del contrario hasta que se dio la vuelta y comprobaron que no era rival.

«Soy fanático del Celta y al no poder seguirlo por estar en el extranjero decidí llevármelo en la mochila», explica Adrián.

Ya queda poco para que inicien su luna de miel dando la vuelta al mundo durante unos 7 meses y tienen en mente seguir dejando un rastro celeste allá por donde vayan.

Fuente: La Voz de Galicia

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