Los chicos de Paco Herrera ya trabajan, desde el pasado jueves, en las instalaciones deportivas de A Madroa con un único objetivo en mente. Tras la gran campaña pasada, empañada con el bajón final que derivó en el drama de la Alhambra, comienza un nuevo curso futbolístico con grandes esperanzas de estar el año próximo entre los grandes del fútbol español. La dirección deportiva ha optado por una política de austeridad en el apartado de fichajes, donde sólo se han realizado tres incorporaciones, una por línea, a expensas de alguna posible salida y otorgando oportunidades a los chavales del filial.
No obstante, al margen de las llegadas de Bermejo, Insa y Oier, la atención de la afición celeste durante el verano ha estado enfocada más hacia las salidas que a las entradas. Muchas de las noticias que los aficionados leían bajo la tumbona se encontraban relacionadas con la posible venta de futbolistas como Hugo Mallo, Roberto Lago o Trashorras, y, especialmente, con el futuro de dos pilares básicos del equipo la temporada pasada: Ismael Falcón y Michu. Ambos acababan contrato el 30 de junio y todo hacía apuntar que, dado su buen rendimiento y tras rechazar la tímida oferta de renovación del club, harían las maletas con destino a Primera. Pues bien, en torno a este asunto se ha empezado a escribir ya una historia de disparates, la cual es más que probable que, a falta de uno, conste de dos capítulos.
Me explico. Después de intentarlo sin suerte con Atlético de Madrid y Mallorca, a Falcón se le cerraron las puertas de la máxima categoría; algunos apuntan a que el club hizo lo correcto, mientras otros lo critican, pero lo cierto es que no se peleó por retener al portero gaditano y éste acabó recalando en el Hércules, serio aspirante a amargar al Celta su viaje hacia Primera.
Los mismos derroteros está siguiendo Michu. El ovetense, deseoso de jugar en la Liga de las Estrellas, vio como su sueño se marchaba al limbo junto al penalty que erró en Granada. Así pues, optó, aunque algunas fuentes aseguran que era una decisión ya anterior, por irse del Celta, una vez consumada su permanencia en Segunda. Sevilla parecía ser su destino, pero finalmente el Betis prefirió a Matilla, desechando la opción del asturiano. Posteriormente, Granada, Rayo, e incluso Levante también sonaron como posible destino, pero, por una razón o por otra, no pudo ser. Ahora Michu se encuentra en una situación incómoda, casi obligado a volver a dar un paso atrás y jugar en la Liga Adelante. El Cartagena parece el mejor colocado hoy en día para hacerse con sus servicios; no obstante, a muchos celtistas le surge una pregunta: ¿el Celta no va a hacer nada?
Y es que resulta un poco sorprendente que, dadas estas circunstancias, el equipo vigués no intente recuperar a un futbolista capaz de marcar las diferencias en la categoría. La llegada de Michu desde segunda línea, su buen criterio con el balón, la importante dosis de goles que aporta, así como el juego aéreo que ofrece, no son virtudes que el Celta deba dejar escapar, así como así. En mi opinión, no tiene mucho sentido guardar rencor al futbolista por querer hacer lo que desean todos los profesionales, jugar en la máxima categoría. Debemos entender al ovetense que, como ya ha demostrado al rechazar la oferta del Sporting de Gijón, no antepone lo futbolístico a lo económico. Con Michu en el equipo, en lugar de en las filas de un rival, el deseo de ascender será mucho más fácil de cumplir. Ahora sólo hace falta saber si el club va a permitir que el disparate de Falcón se repita. Esperemos que no.

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