Ortega asegura que los jugadores del Granada les amenazaron en el terreno de juego


El partido entre el Celta y el Granada acabó de mala manera, a pesar de que el juego se desarrolló con pocas brusquedades. De hecho, el árbitro apenas mostró cartulinas amarillas –cuatro, dos por equipo–, aunque la recibida por Iago Aspas, tras golpear la cara de Roberto con la bota y provocarle un fuerte hematoma en un pómulo al portero, pudo ser roja.

El colegiado, Del Cerro Grande, vaciló con ambas cartulinas en la mano antes de pronunciarse por la sanción más leve. Esa acción abrió definitivamente las hostilidades en la recta final del encuentro, aunque parece ser que el gol de Michu, a falta de trece minutos para el final del encuentro, no sentó nada bien a algún futbolista rojiblanco. Así al menos lo interpretó Sergio Ortega. El defensa central del Celta denunció que jugadores del Granada habían proferido "amenazas" contra los del equipo gallego, que achaca al "mal perder" del rival y espera que el partido de vuelta transcurra sin incidentes.

Ortega, que en la Liga conoció la presión a la que la afición de Los Cármenes somete a los rivales, indicó que el Celta podría encontrarse un ambiente mucho más hostil ante los comentarios de los jugadores del Granada al concluir el partido de Balaídos. "Seguro que esa jugada –por la patada de Aspas a Roberto– va a caldear más el ambiente. Lo único que quiero es que nos respeten porque nosotros no les hemos faltado al respeto en ningún momento. No pueden soltar amenazas, como hicieron ayer [por el miércoles] cuando acabó el partido, del tipo: ´Ya veréis lo que pasará allí [en Los Cármenes], de que tal, de que se arreglará todo allá´. Si no saben perder es su problema. No creo que haya que decir esas amenazas que han prometido para el partido de vuelta. Pero para eso me imagino que están los árbitros y la gente que manda ahí, para parar eso", explicó ayer el defensa céltico a este diario al finalizar el entrenamiento en A Madroa. "Las amenazas fueron en el campo", insiste Ortega, que las atribuye a la falta de deportividad del rival: "Surgen cuando un equipo no sabe perder o no le gusta perder".

El jugador del conjunto celeste no encuentra motivos para que se enrareciese tanto el desenlace de un partido en el que no hubo excesivas faltas. Sí cree que el incidente entre Aspas y Roberto desencadenó las hostilidades: "No sé a qué se deben porque tampoco ha pasado nada. Iago lo único que hizo fue pedirle perdón a Roberto, que no quiso darle la mano. Fue lo único que pasó. Entonces dijeron que ya se arreglarían las diferencias allá [en el partido de vuelta]".

Ortega, no obstante, quiere restarle importancia a la actitud agresiva mostrada por los rivales y propone que el Celta se centre exclusivamente en cuestiones deportivas. "Lo que tenemos que hacer nosotros es ir allí, jugar el partido, pasar la eliminatoria y que hagan lo que quieran. Nosotros solo vamos a pensar en el partido". El gol de Michu y la patada de Aspas abrieron las hostilidades entre dos equipos que tuvieron un comportamiento muy deportivo hasta entonces.

Fuente: Faro de Vigo

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