El gol fantasma que no fue (o tal vez sí)


La jugada polémica de la semana fue el segundo gol del Xerez. Es lo que se suele llamar "gol fantasma", es decir cuando no queda claro si el balón cruza o no la línea de gol, con independencia de lo que señale el árbitro.

Vaya por delante que para un asistente es realmente complicado, con los medios tecnológicos de que dispone, es decir la vista, adivinar si ha entrado o no, y vaya también por delante que seguramente al Celta le hubiesen metido un segundo gol igualmente y que no debe servir como excusa para justificar la derrota. Aún así, da toda la sensación de que el balón no llega a entrar.

Cuando el balón pega en el poste, no está dentro de la portería, y la trayectoria que describe el balón es hacia dentro del terreno de juego y no hacia fuera. No da la sensación de que lleve la suficiente curva como para llegar a introducirse del todo. Y siempre hablamos de sensaciones porque, desgraciadamente, ninguna de las tomas son lo suficientemente claras como para emitir un juicio correcto. Con lo fácil que sería utilizar la tecnología para determinar este tipo de jugadas...   

Otra sensación que tengo es que si la acción se produce en la otra portería, seguramente el asistente no marcaría gol, pero no por ser el Celta, sino porque una decisión así, en contra del equipo local, es dificil de asumir por este tipo de árbitros o asistentes. Voy más allá, si esta misma jugada, con los mismos protagonistas, se produjese en Balaídos, seguramente no sería gol.

Aunque tratándose del Celta, esto último es mucho decir, porque, aunque los árbitros no hayan tenido la culpa del descalabro del Celta en los últimos meses, hay que reconocer que prácticamente no nos han dado una en todo el año. Y ayer es otra gotita más que sumar a ese vaso, pero, insisto, lo principal es fijarnos en nuestros errores.

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