Vigo, 29 mar (EFE).- Roberto Trashorras, uno de los pesos pesados del vestuario del Celta de Vigo, ha asegurado que el encuentro de esta semana contra el Betis "es clave" para el futuro de su equipo en la lucha por lograr una de las dos plazas de ascenso directo a Primera.
"Si perdemos, que no pasa por mi cabeza, se complicaría mucho el ascenso directo, porque sería una diferencia grande y perderíamos además el gol-average. Si ganamos, por el contrario, nos pondríamos a un punto del Betis y las cosas se verían de otra forma. Es un partido clave para afrontar los últimos partidos con más opciones", manifestó.
Por eso, Trashorras no firma, a priori, el empate en el Benito Villamarín, ya que sumar un solo punto en Sevilla no le permitiría recortar su desventaja con el conjunto que dirige Pepe Mel.
"No firmo el empate porque seguiríamos a una distancia importante. Vamos a Sevilla con la intención de ganar, luego ya se verá si el empate puede servir o no, aunque ahora mismo está claro que no nos vale porque queremos recortarle puntos y la mejor forma es ganándoles", consideró.
Sobre las críticas que ha recibido en las últimas semanas, el jugador celeste dijo que "el fútbol es un poco así". "Estoy acostumbrado a que cuando la cosa va mal siempre se me eche un poco más la culpa, porque ya me ha pasado más veces. No me coge por sorpresa, pero sigo pensando que esto es cosa de todos", dijo.
Preguntado por las palabras de su técnico Paco Herrera, que esta semana dijo a la prensa local que algún futbolista le había dicho tras la derrota ante el Recreativo de Huelva que estaba "bloqueado", Trashorras señaló que "he jugado media hora, no me dio tiempo a decirle que estaba bloqueado".
"Eso es cosa de cada uno, a mí no me suelen pasar este tipo de cosas porque me gusta jugar con presión y disputar los partidos importantes. Cada uno lleva la presión de una forma diferente, pero yo no he sido quién se lo ha dicho ni tampoco sé quién fue", destacó.
Finalmente, el centrocampista gallego reconoció que en el duelo contra el Recreativo intuía que él iba a ser el futbolista sustituido después de la expulsión de su compañero Ismael Falcón.
"Por estadísticas sabía que iba a ser yo, aunque tenía la esperanza de que no fuese así. Está claro que no me gustó porque quiero jugar el máximo de minutos, pero no queda otra que aceptarlo", concluyó.
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