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| Foto: José Manuel Álvarez Rey / Getty Images |
Borja Iglesias declaró al término del encuentro que atraviesa el mejor momento de su carrera. Y los datos parecen darle la razón. El delantero compostelano volvió a ver puerta ayer y, con su tanto frente al PAOK de Salónica, suma ya seis partidos consecutivos marcando: cuatro en Liga y dos en Europa League.
El ariete siempre ofreció un notable rendimiento en todos los equipos en los que militó desde que dejó el Celta tras su primera etapa en Vigo. Sin embargo, justo antes de regresar el pasado verano vivía una situación complicada en el Betis, donde no contaba para Pellegrini. Su cesión al Bayer Leverkusen tampoco le permitió relanzar su trayectoria: apenas tuvo protagonismo en un conjunto que firmaba la mejor temporada de su historia.
Su vuelta a Vigo lo ha cambiado todo. En Balaídos se ha revalorizado hasta el punto de sonar, aunque de manera todavía lejana, como candidato a regresar a la selección española. Un sueño difícil, pero que refleja el excelente momento de forma que atraviesa. El propio jugador lo atribuye, en gran parte, a su felicidad personal: jugar en el Celta le permite estar cerca de su familia y amigos, un factor que se refleja directamente en el campo.
En este resurgir también resulta clave Claudio Giráldez. Borja ha reconocido en varias ocasiones que el técnico es el mejor entrenador que ha tenido, subrayando que le está ayudando a crecer como futbolista. Los números confirman sus sensaciones: la temporada pasada firmó 11 goles, muchos de ellos decisivos para la clasificación europea, y en la actual está justificando con creces la inversión realizada por el club. Su olfato y madurez futbolística le han devuelto al lugar que merece.
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