El Celta afronta los días previos a su debut europeo ante el Stuttgart con un mar de dudas en la defensa, consecuencia de las lesiones que se han ido acumulando en esa línea. Claudio Giráldez dispone de una plantilla amplia, lo que atenúa en parte los problemas, pero las bajas afectan a posiciones muy concretas y clave en el esquema.
Marcos Alonso sigue siendo la gran incógnita. Ayer completó el entrenamiento con el grupo, lo que invita al optimismo de cara al choque del jueves. Sin embargo, su estado físico es una incógnita tras casi un mes de inactividad: su último partido fue el 27 de agosto. Algo parecido ocurre con Starfelt. El central sueco reapareció con unos minutos ante el Girona tras cinco meses de baja y volvió a tener participación testimonial el pasado domingo frente al Rayo Vallecano. Dos apariciones demasiado breves como para garantizarle el ritmo competitivo necesario.
La enfermería celeste se amplió ayer con la lesión de Sergio Carreira, que sufre un esguince de rodilla y será baja segura para el duelo europeo, además de perderse, con casi total seguridad, los tres encuentros previos al parón de selecciones. El canterano se someterá a pruebas para conocer el alcance exacto de la lesión y el tiempo de recuperación. Una situación similar atraviesa Ristic, que regresó de Vallecas con molestias musculares y está pendiente de diagnóstico.
En total, son cuatro defensores que, o bien no podrán estar —casos de Carreira y probablemente Ristic—, o llegarán entre algodones, como Marcos Alonso y Starfelt. Pese a todo, Giráldez mantiene alternativas para armar una zaga de garantías: Manu Fernández, Javi Rodríguez, Yoel Lago y Carlos Domínguez como centrales, de los que tendría que elegir a tres, además de Javi Rueda y Mingueza en los carriles. La gran preocupación, más allá del estreno europeo, es la exigencia del calendario inmediato: tres partidos en apenas diez días que pondrán a prueba la resistencia de un bloque ya mermado por las bajas.
Marcos Alonso sigue siendo la gran incógnita. Ayer completó el entrenamiento con el grupo, lo que invita al optimismo de cara al choque del jueves. Sin embargo, su estado físico es una incógnita tras casi un mes de inactividad: su último partido fue el 27 de agosto. Algo parecido ocurre con Starfelt. El central sueco reapareció con unos minutos ante el Girona tras cinco meses de baja y volvió a tener participación testimonial el pasado domingo frente al Rayo Vallecano. Dos apariciones demasiado breves como para garantizarle el ritmo competitivo necesario.
La enfermería celeste se amplió ayer con la lesión de Sergio Carreira, que sufre un esguince de rodilla y será baja segura para el duelo europeo, además de perderse, con casi total seguridad, los tres encuentros previos al parón de selecciones. El canterano se someterá a pruebas para conocer el alcance exacto de la lesión y el tiempo de recuperación. Una situación similar atraviesa Ristic, que regresó de Vallecas con molestias musculares y está pendiente de diagnóstico.
En total, son cuatro defensores que, o bien no podrán estar —casos de Carreira y probablemente Ristic—, o llegarán entre algodones, como Marcos Alonso y Starfelt. Pese a todo, Giráldez mantiene alternativas para armar una zaga de garantías: Manu Fernández, Javi Rodríguez, Yoel Lago y Carlos Domínguez como centrales, de los que tendría que elegir a tres, además de Javi Rueda y Mingueza en los carriles. La gran preocupación, más allá del estreno europeo, es la exigencia del calendario inmediato: tres partidos en apenas diez días que pondrán a prueba la resistencia de un bloque ya mermado por las bajas.
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