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Foto: Salvador Sas / EFE |
Claudio Giráldez volvió a apostar por una rotación masiva en el once inicial respecto al último partido. No es una novedad en el técnico porriñés, pero en una semana con tres encuentros la tendencia se acentuó: hasta siete cambios respecto al duelo de Mallorca. Aun así, hubo una línea que se mantuvo inalterable: el mediocentro.
El entrenador celeste repitió con Hugo Sotelo e Ilaix Moriba en el eje del campo. Tras el choque, Giráldez explicó su decisión: “es una pareja que casa bien”, una dupla que, todo indica, veremos con frecuencia a lo largo de la temporada, ya sea de inicio o compartiendo minutos en el transcurso de los partidos.
Moriba mantiene el peso que ya tuvo el curso pasado, aportando trabajo y equilibrio en la medular, esta vez en una posición algo más retrasada que en su primera etapa en Vigo. A su lado, Hugo Sotelo está dando por fin el salto que se le reclamaba desde la pasada campaña. Frente al Betis volvió a ofrecer un partido muy completo, confirmando su crecimiento en todas las facetas del juego.
El canterano es, junto a Iago Aspas, el futbolista con mayor visión de juego de la plantilla. Ante la imposibilidad de incorporar a Denis Suárez, le tocará ser ese centrocampista con calidad en la distribución capaz de marcar diferencias. Moriba, por su parte, deberá seguir evolucionando y añadiendo matices a su fútbol. Sea como fuere, todo apunta a que esta sociedad en la medular tendrá continuidad durante el curso. Eso sí, la temporada es larga y Giráldez ya ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de mover piezas en función del estado de forma y el rendimiento de sus jugadores.
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