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Foto: Faro de Vigo |
Aunque el mercado de fichajes de verano aún no ha comenzado oficialmente —lo hará el 1 de julio y se extenderá hasta el 31 de agosto— el Celta encara ya su primer gran reto: resolver el futuro de Ilaix Moriba. El club tiene apenas una semana para decidir si ejecuta la opción de compra pactada con el RB Leipzig, fijada en 6 millones de euros, una operación que depende también de llegar a un acuerdo con el propio jugador.
El director deportivo Marco Garcés trabaja contra reloj. La cláusula vence en cuestión de días, en concreto el 15 de junio, y cualquier dilación podría abrir la puerta a clubes más poderosos económicamente que ya siguen de cerca al futbolista. Moriba ha mostrado predisposición a continuar en Vigo, y esa voluntad compartida entre jugador y club alimenta el optimismo.
En el Celta hay plena convicción: fichar a Moriba por 6 millones es una inversión inteligente. Con apenas 22 años, el centrocampista tiene margen de crecimiento y, tras una temporada en la que ha recuperado sensaciones bajo el mando de Claudio Giráldez, ve en Vigo el entorno ideal para relanzar su carrera. Después de varias etapas irregulares tras su salida temprana del FC Barcelona, el internacional por Guinea se siente cómodo y valorado.
El escollo: la ficha
El principal obstáculo es económico. Moriba percibe una ficha elevada, fuera del alcance actual del club vigués. Aunque ambas partes quieren continuar juntas, el Celta necesita que el futbolista ajuste sus pretensiones salariales para cerrar el acuerdo. En caso contrario, otros clubes podrían entrar en escena.
Garcés ya lo ha dejado claro: el Celta solo ejecutará la opción de compra si antes se alcanza un entendimiento con el jugador. No se trata de una maniobra para una posible reventa, sino de una apuesta real por su valor deportivo y humano. El club quiere demostrarle a Moriba que confía en él no solo como activo, sino como pieza clave del proyecto.
El tiempo apremia
Este es solo el primer objetivo de un verano que se presenta largo e intenso en las oficinas de Balaídos. El cierre del ejercicio económico el próximo 30 de junio podría exigir algún movimiento adicional en la plantilla. Pero por ahora, todas las miradas están puestas en Ilaix Moriba. El reloj ya está en marcha.
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