Ya son casi 19 años sin que el Celta gane en Liga en el Santiago Bernabéu. Fue en la Temporada 2006-07, pero un año antes el equipo celeste también se llevó la victoria del estadio merengue, y lo hizo de una forma bastante inusual, ya que para ganar se produjo un error arbitral a favor del Celta. No es una errata. Fue así.
Se suele decir que no es noticia que un perro muerda a una persona. Lo noticiable es que una persona muerda a un perro, y lo sucedido aquel día fue exactamente eso. Una absoluta excepción dentro de una serie de partidos con calamidades arbitrales a favor del equipo que curiosamente se siente más perjudicado por el colectivo arbitral.
Aquel día tenían motivos para quejarse, ya que cuando el marcador señalaba un empate a dos goles, Canobbio anotó un gol que no llegó a entrar. El uruguayo remató al larguero y el balón botó justo sobre la línea, pero el colegiado y el asistente, por entonces llamado juez de línea, decidieron dar validez al gol, entre el asombro de los aficionados de uno y otro equipo, que no estaban acostumbrados a que el error humano cayese del lado del Celta.
Al día siguiente el diario Marca titulaba "Robiño", haciendo un juego de palabras con el futbolista brasileño del Real Madrid, que por entonces era la gran esperanza blanca, y el posible robo al que había sido sometido su equipo ante un equipo gallego. Y digo bien, su equipo. Desde la grada la afición del celta cantaba: "Menos Robinho, máis Alvariño".
En los próximos años los colegiados compensaron por exceso aquel error, dejando para el recuerdo grandes errores arbitrales que siempre iban al lado correcto. Sin ir más lejos, tenemos el ejemplo de lo vivido el pasado mes de enero en la Copa del Rey, con errores que sospechosamente siempre caían del mismo lado.
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