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| Foto: RC Celta |
El celtismo se levantó ayer preparado para una fiesta y se acostó con la desilusión de no haber podido llevarla a cabo. La victoria ante la Real Sociedad parecía suponer el regreso a Europa, pero todavía queda trabajo por delante.
Pero la decepción por la derrota no disipa la ilusión que ha generado este equipo entre la afición. Las caras de la afición eran un poema cuando acabó el partido, pero pasados unos minutos ya volvía a reinar la ilusión pensando en el partido del próximo fin de semana ante el Getafe.
Hoy los aficionados ya piensan en el viaje a Getafe, en la posibilidad de que el club ponga autobuses o cómo desplazarse hasta la ciudad madrileña para seguir en directo un partido que puede entrar en la historia del Celta. Lo bueno es que el Celta se ha ganado el derecho a seguir dependiendo de sí mismo a pesar del tropiezo gracias a los resultados conseguidos en las jornadas anteriores.
No hay duda de que el día de ayer no fue como todos esperábamos, al menos en su desenlace, pero nadie quitará la ilusión que se vivió durante estos días, y la que se vivirá esta semana antes de que se juegue el partido. Después veremos qué pasa, porque en el fútbol puede suceder de todo, pero llegar hasta aquí no ha estado mal, y es lo que le pedíamos a este equipo. El destino nos ha puesto delante una gran oportunidad, y los protagonistas de esto, que son los jugadores y el cuerpo técnico, no tienen duda de que la aprovecharán. Ojalá sea así.
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