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Foto: Álex Caparrós / Getty Images |
El Celta se quedó a las puertas de la hazaña en Barcelona ante el líder, que necesitó la habitual mano amiga del colegiado para llevarse la victoria en el tramo final, después de que el equipo celeste desperdiciase un 1-3 a favor tras un hat-trick de Borja Iglesias.
Claudio Giráldez volvió a sorprender con la alineación inicial. El preparador celeste optó por Yoel Lago para sustituir al lesionado Carl Starfelt, y además cambió el esquema, partiendo de inicio con una defensa de cuatro, con el propio Yoel y Marcos Alonso como centrales, y en los laterales Javi Rodríguez y Carreira, que en esta ocasión jugó a pierna cambiada como lateral izquierdo. En la sala de máquinas Fran Beltrán y Moriba, y como jugadores más adelantados Iker Losada, Pablo Durán, Swedberg y Borja Iglesias.
El Celta intentó presionar arriba al Barcelona, aunque el empuje del conjunto catalán fue metiendo en su área a los de Giráldez en los primeros minutos. El equipo catalán quería resolver por la vía rápida para pensar en la final de Copa, y pareció que el guión se cumplía cuando se adelantó en el marcador a los 12 minutos por medio de Ferrán Torres tras una acción individual.
Pero el Celta reaccionó muy bien. Los de Claudio Giráldez tenían muy claro que a la espalda de la zaga barcelonistas podían encontrar espacios y los exploraron con éxito. En el minuto 15, balón a la banda para que Iker Losada pusiese un centro al que no llega por muy poco Szczesny, lo que aprovechó Borja Iglesias para enviar el balón al fondo de las mallas poniendo el empate en el marcador.
No sería la única vez que el Celta lo intentaría a la contra. En el minuto 23 una jugada muy similar, con centro desde la derecha, pero esta vez Szczesny llega entre dudas y el despeje fallido de Koundé casi lo aprovecha Iker Losada para poner en ventaja a los vigueses. También Borja Iglesias tuvo otra ocasión, detenida por el meta polaco del Barcelona, y el posterior rechace no lo aproveche Iker Losada, que dispara a la zona en la que se encontraba el arquero.
Con empate se llegaría al descanso, y tras el mismo Claudio Giráldez volvió a mover el árbol, dando entrada en el terreno de juego a Mingueza y retirando a Iker Losada. El Celta pasaba a jugar con defensa de tres, incrustándose Javi Rodríguez en la línea de centrales, mientras que Mingueza y Carreira en los carrileros.
El Celta estaba muy cómodo en el partido. En el minuto 50 una gran jugada individual de Pablo Durán casi pone en ventaja al equipo celeste, pero una vez más Szczesny estuvo rápido para evitar que Borja Iglesias rematase a placer.
El santiagués no perdonaría en el minuto 52, cuando aprovechó una indecisión entre Íñigo Martínez y De Jong para plantarse ante el meta polaco y batirlo con un gran disparo cruzado. En el 58 a punto estuvo de hacer el 1-3 tras un robo de Moriba, pero el pase del guineano se le quedó un poco atrás, y aunque el "panda" llegó a rematar, había perdido la ventaja.
En el 62 un despeje orientado de Mingueza se convirtió en una gran asistencia para Borja Iglesias, que se plantó solo ante el meta rival picando ligeramente el balón para batir a Szczesny y poner el 1-3, con media hora de juego por delante.
El equipo celeste no gestionó la ventaja, y en un abrir y cerrar de ojos se vio de nuevo con empate en el marcador. El conjunto catalán anotó el 2-3 por medio de Dani Olmo, un jugador que no debería estar inscrito en LaLiga, y cuatro minutos después Rafinha puso el empate.
Tras el 3-3, Claudio Giráldez decidió hacer más cambios, dando entrada a Fer López y Borja Iglesias en lugar de Pablo Durán y Borja Iglesias. El moañés se situó como delantero centro, y Fer López por banda derecha. Por la otra estaba Alfon, que había entrado unos minutos antes. Posteriormente también entraría en el campo Hugo Sotelo en lugar de Ilaix Moriba.
En los últimos minutos de partido comenzó el recital de Melero López, que hasta entonces había tenido un arbitraje aceptable teniendo en cuenta que estaba el Barcelona en el campo. Antes de que saliese Pablo Durán, fue objeto de falta por parte de Íñigo Martínez, que el colegio no señaló y el VAR obvió. El vasco era el último jugador, por lo que supondría su expulsión. Eso probablemente explicase que todos mirasen para otro lado.
En un partido en el que apenas se perdió tiempo ni hubo revisiones de VAR dentro del tiempo reglamentario, el colegiado decidió otorgar 8 minutos de descuento, y durante el mismo el Celta estuvo a punto de anotar el 3-4 tras una gran acción de Fer López, que pica el balón para el cabezazo de Mingueza, que envía el balón fuera y recibe un manotazo en la cara por parte de Szczesny. Ni Melero ni el VAR estimaron oportuno intervenir.
Y ya en el minuto 96, Dani Olmo, recibió una entrada por detrás de Yoel Lago, que había realizado un partido perfecto hasta ese momento. Melero López no lo vio, pero ahí sí que estuvo el VAR diligente recomendando una revisión al trencilla, que tras visionarlo en la pantalla decidió señalar penalti, que efectivamente lo es. Rafinha, que bien podría haber sido expulsado por una agresión sin balón a Aspas, lo transformó poniendo el 4-3 que ya sería definitivo.
Una vez más se ve lo complicado que es ganar a un equipo como el Barcelona. No solo por las diferencias económicas entre ambos clubes, sino por esos pequeños detalles que siempre caen de su lado por la mano amiga arbitral. Y en 15 días más de lo mismo en el Bernabéu.
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