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| Foto: Ricardo Grobas / Faro de Vigo |
Claudio Giráldez está contando bastante con la cantera en sus primeros partidos como técnico del Celta. Es algo que agradece la afición, y a la vista de los resultados también el equipo, pero el técnico porriñés se puede encontrar con un problema en las próximas semanas. El Celta siempre presume de ser un club de cantera, aunque a veces toma decisiones en el sentido contrario.
El pasado verano entregó el mando del club a Rafa Benítez, con la esperanza de que el madrileño hiciese milagros con una plantilla mal confeccionada. A diferencia de otros años, el nuevo técnico pidió una plantilla profunda, algo que se amplió en el mercado de invierno con la incorporación de tres nuevos futbolistas. Ahora mismo el primer equipo tiene copadas 24 de las 25 fichas profesionales, aunque Aidoo no jugará hasta el próximo curso.
Por lo tanto dispone de 23 jugadores, con varios actualmente lesionados. En sus convocatorias también ha incorporado con regularidad a cuatro jugadores del filial: Carlos Domínguez, Damián, Hugo Sotelo y Hugo Álvarez, además de Coke Carrillo, que entró en el primer partido ante el Sevilla. De ese modo tiene 28 futbolistas con los que cuenta habitualmente, que en caso de estar disponibles.
Tras la pandemia las convocatorias de LaLiga pasaron de 18 a 23. Era una medida temporal, como la de los cinco cambios por encuentro, que se ha quedado una vez superado el covid-19. Esto es un gran alivio para los técnicos, que no se ven obligados a realizar tantos descartes, pero con la confección actual de la plantilla y la apuesta de Giráldez, cuando se vayan recuperando los lesionados, el preparador porriñés tendrá que comenzar a tomar dolorosas decisiones. ¿Renunciará a su apuesta por la cantera?.
A la vista de lo hecho en sus primeros partidos parece complicado que llegue a prescindir de los Hugos, y Carlos Domínguez, aún con ficha del filial, es un jugador más del primer equipo desde el pasado curso. Coke Carrillo ya no entró en la lista ante el Rayo Vallecano, mientras que Damián, que vivió su debut en el Ramón Sánchez Pizjuán, sigue balanceando entre el filial y el primer equipo.
Rafa Benítez ya se vio obligado a realizar descartes en su momento, siendo el sacrificado Carles Pérez, un futbolista que no era del gusto del técnico madrileño, y que fue perdiendo peso en el equipo con el paso de las jornadas. La llegada de Giráldez le ha dado una nueva oportunidad para tener minutos.
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