Foto: Dennis Doyle / Getty Images |
El Celta no se presentó esta tarde al Santiago Bernabéu, donde el Real Madrid goleó sin apenas esfuerzo y sin juego, simplemente aprovechando los abundantes errores de los célticos. El equipo de Rafa Benítez fue tan inoperante, que ni tan siquiera permitió a Prieto Iglesias que pudiera lucirse, aunque sí a Melero López, que perdonó la expulsión en la primera parte a Camavinga, aunque la pregunta es cuántos jugadores tendría que expulsar para que el Celta tuviese alguna opción.
Rafa Benítez repitió el mismo once de la última jornada ante el Almería, con la única novedad de la entrada de Iago Aspas por Douvikas, pero aunque el equipo era el mismo, el esquema era diferente, ya que Manquillo actuó como central derecho, con Mingueza como carrilero, en un plan de juego que pretendía ser flexible, pasando a un 4-4-2 en fase ofensiva, y 5-2-3 en fase defensiva.
El plan de Rafa Benítez no sorprendió, con el equipo echado atrás, esperando cazar alguna contra para sorprender. El problema era la cantidad de metros que tenía que recorrer el equipo para llegar arriba. Aún así, con 0-0 en el marcador, e incluso con 1-0, tuvo alguna ocasión para marcar, pero faltó acierto.
El Real Madrid, como decíamos, no jugó el partido de su vida ni mucho menos. Le bastaba con seguir el ritmo de Modric para hacer valer su superioridad. Además descubrió en los córners el gran coladero de la defensa céltica, y así llegó el primer gol, en el que Rudiger se anticipó a Starfelt, que optó por no saltar para sembrar la incertidumbre en el ataque rival. El primer remate del alemán lo despejó con una extraordinaria intervención Guaita, que incluso estuvo mejor en el posterior rechace de Vinicius, pero en el tercero ya no pudo hacer nada. El Madrid se adelantaba en una acción en la que remató 3 veces sin que ningún jugador celeste fuese capaz de intervenir.
El Celta tuvo dos ocasiones muy claras en la primera mitad. La primera en un balón que cae a Manu Sánchez, pero su bolea es repelida por un defensor, y la más clara llegó en tiempo de descuento, cuando Aspas botó una falta preciosa que De la Torre no pudo aprovechar con un horrible cabezazo que se marchaba por encima de la meta de Lunin.
En la segunda mitad se mantuvo la tónica de la primera, con un Real Madrid al tran tran y el Celta intentando pescar alguna contra, sin mucho éxito.
Benítez fue empeorando el equipo poco a poco con sus cambios, primero con la entrada de Cervi y Allende por Manu Sánchez y Bamba, y posteriormente, aún con 1-0 en el marcador, dando entrada a Carlos Domínguez y Sotelo, en lugar de Beltrán y Mingueza. El catalán estaba siendo de los pocos con algo de claridad en ataque.
A partir de ahí el Celta fue perdiendo poco a poco, y además llegó la sentencia con el 2-0 del Real Madrid, en el que otra vez Rudiger remató a placer un córner, con la mala fortuna de que el balón, que no iba a portería, acaba impactando en Guaita para introducirse en su portería.
Lo que pasó a partir de ahí era previsible. El Celta bajó completamente los brazos, y llegó el 3-0 en otra acción que mezcla mala fortuna y desacierto. Guaita sale mal a un centro, golpea el balón sin tensión y éste acaba impactando en Carlos Domínguez y de ahí al fondo de las mallas. Ya sobre el tiempo reglamentario Arda Guler anotó el 4-0 en una buena maniobra tras sortear a Guaita.
Derrota previsible, pero decepcionante una vez más por la puesta en escena de un Celta que no deja de confirmar partido tras partido unas horribles sensaciones.
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