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Foto: Marca |
El Celta ha vuelto a regalar dos puntos en tiempo de descuento, en este caso ante un rival directo, en un partido en el que los de Benítez se habían puesto 0-2 y estaba totalmente muerto. Pero el equipo vigués, totalmente incapaz de controlar un partido, acabó viendo como el Cádiz lograba el empate en el minuto 98, tras una acción que precedió el corner del gol en el que la defensa céltico volvió por sus fueros.
Y no es que el Celta se echara atrás por el empuje del Cádiz, es que por su configuración es un equipo incapaz de dominar los partidos, salvo cuando al rival le interesa, y así es muy difícil defender durante tanto tiempo. Todo se complica si a eso unimos que tampoco cuenta con los mejores defensores del mundo. El 1-2 del Cádiz es un buen ejemplo, con un Unai Núñez defendiendo con la mirada a Juanmi.
Las ocasiones del Cádiz fueron cayendo como fruta madura, y sin necesidad de generar demasiado fútbol para ellos. Simplemente colgando balones y esperando que pasara algo. Juanmi pudo marcar su segundo gol tras un centro lateral de Iza que nadie fue capaz de despejar. Por suerte el balón cayó en las manos de Guaita.
En los últimos minutos Rafa Benítez decidió defender por acumulación, colocando un tercer central en la figura de Carlos Domínguez, y retirando a Swedberg, con un golpe en el tobillo. Lo que hizo el Celta con este cambio fue ceder todavía más terreno, y aumentar así las posibilidades de un error.
Si algo hizo bien el Celta, teniendo en cuenta el estilo de fútbol al que nos hemos encomendado, fue enturbiar el partido para que se jugara lo mínimo posible, pero no fue suficiente. Ya en el minuto 97 de juego, tras un balón colgado al área, Mingueza se queda observando el efecto de la gravedad sobre el esférico, para que Chris Ramos pueda rematar. Guaita evita el gol, pero en el saque de esquina siguiente llega el gol de Darwin, que sorprende a todo el mundo con un certero derechazo desde el pico del área, ante el que nada puede hacer Guaita.
Se escapan dos puntos que tienen una importancia vital. Son tres, por el que gana el Cádiz, y un intangible que es la moral de un equipo renacido, y otro que se hunde en sus propios errores. 21 puntos en 26 partidos es una hoja de servicios impresentable, y que permitirá al Celta estar fuera del descenso hasta que los de abajo espabilen y empiecen a ganar.
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