Cádiz 2 - Celta 2 | El Celta da vida a un moribundo


Foto: Marca

El Celta ha vuelto a regalar dos puntos en tiempo de descuento, en este caso ante un rival directo, en un partido en el que los de Benítez se habían puesto 0-2 y estaba totalmente muerto. Pero el equipo vigués, totalmente incapaz de controlar un partido, acabó viendo como el Cádiz lograba el empate en el minuto 98, tras una acción que precedió el corner del gol en el que la defensa céltico volvió por sus fueros.

Rafa Benítez apostó de inicio por un once formado por Guaita en portería, con Manquillo, Starfelt, Unai Núñez y Manu Sánchez en defensa. Por delante de ellos Tapia y Fran Beltrán, con Allende y De la Torre en bandas. Arriba Iago Aspas y Strand Larsen.

El Cádiz empezó mucho más metido en el partido, con constantes llegadas a la meta de Guaita, aunque la carencia de fútbol de los gaditanos impidió males mayores. Además el Celta se encontró con un gol en la primera llegada, una buena acción de Luca por banda izquierda, cuyo centro deja pasar Strand Larsen y Aspas lo aprovecha para batir a Ledesma con un remate marca de la casa.

El panorama no cambió con el gol. El Celta seguía siendo incapaz de tener el control del partido, le duraba muy poco el balón en los pies, y eso generaba una sensación de peligro constante en la meta de Guaita, especialmente en las acciones a balón parado, la principal virtud del equipo gaditano. Guaita tuvo que intervenir de forma eficaz a un libre directo de Alcaraz.

En la segunda mitad el Cádiz salió sin el brío de la primera, y el Celta estuvo un poco mejor asentado en el terreno de juego. A los 12 minutos de la reanudación Rafa Benítez realizó dos cambios, retirando a Allende y Tapia, que se marchó lesionado, dando entrada a Jailson y Swedberg.

El sueco, que parece estar tocado por una varita mágica, marcó a los dos minutos de incorporarse al terreno de juego, tras una buena acción por banda de Manu Sánchez, cuyo centro cayó a pies de Swedberg, que puso pausa y remató a puerta para anotar el segundo del Celta.

Los pitidos empezaron a sonar en Cádiz, con una afición hastiada por un equipo que no gana desde el 1 de septiembre. Un equipo normal no hubiese dejado escapar los tres puntos, pero este Celta no es ese tipo de equipo. Los gaditanos, totalmente rotos por las circunstancias, solo tardaron siete minutos en recortar distancias, y por delante quedaba media hora de juego. Demasiado para el Celta más endeble que se recuerda. 

Y no es que el Celta se echara atrás por el empuje del Cádiz, es que por su configuración es un equipo incapaz de dominar los partidos, salvo cuando al rival le interesa, y así es muy difícil defender durante tanto tiempo. Todo se complica si a eso unimos que tampoco cuenta con los mejores defensores del mundo. El 1-2 del Cádiz es un buen ejemplo, con un Unai Núñez defendiendo con la mirada a Juanmi. 

Las ocasiones del Cádiz fueron cayendo como fruta madura, y sin necesidad de generar demasiado fútbol para ellos. Simplemente colgando balones y esperando que pasara algo. Juanmi pudo marcar su segundo gol tras un centro lateral de Iza que nadie fue capaz de despejar. Por suerte el balón cayó en las manos de Guaita. 

En los últimos minutos Rafa Benítez decidió defender por acumulación, colocando un tercer central en la figura de Carlos Domínguez, y retirando a Swedberg, con un golpe en el tobillo. Lo que hizo el Celta con este cambio fue ceder todavía más terreno, y aumentar así las posibilidades de un error. 

Si algo hizo bien el Celta, teniendo en cuenta el estilo de fútbol al que nos hemos encomendado, fue enturbiar el partido para que se jugara lo mínimo posible, pero no fue suficiente. Ya en el minuto 97 de juego, tras un balón colgado al área, Mingueza se queda observando el efecto de la gravedad sobre el esférico, para que Chris Ramos pueda rematar. Guaita evita el gol, pero en el saque de esquina siguiente llega el gol de Darwin, que sorprende a todo el mundo con un certero derechazo desde el pico del área, ante el que nada puede hacer Guaita. 

Se escapan dos puntos que tienen una importancia vital. Son tres, por el que gana el Cádiz, y  un intangible que es la moral de un equipo renacido, y otro que se hunde en sus propios errores. 21 puntos en 26 partidos es una hoja de servicios impresentable, y que permitirá al Celta estar fuera del descenso hasta que los de abajo espabilen y empiecen a ganar. 


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