No queremos descender, pero nos van a bajar


Foto: RC Celta

Vaya por delante, y aquí lo hemos dicho en múltiples ocasiones, que los errores arbitrales no deben ocultar los graves errores de planificación de la plantilla. La aparente desidia a la hora de confeccionar el equipo para el año del centenario ha llevado al equipo, en gran medida, a la situación en la que está, pero las decisiones de los colegiados y las intervenciones del VAR ahondan todavía más en la herida de un equipo que tras 12 jornadas tiene pinta de moribundo. 

Decía Carlos Mouriño en marzo que a Gabri Veiga "no lo queremos vender, pero nos lo van a comprar", y si le pusieran un micrófono ahora podría afirmar con la misma seguridad que "no queremos descender, pero nos van a bajar". Porque es lo que parece. Lejos de conspiranoias, la actitud de los árbitros y del VAR, en suma, del colectivo arbitral, está siendo lo más escandaloso en muchos años. Llega a tal punto que hasta la prensa madrileña, normalmente más pendiente de su ombligo madridista, se ha hecho eco de las injustas decisiones que han afectado al Celta en los últimos tiempos. 

Cómo tiene que ser de escandaloso para que hasta en Madrid se hayan enterado. A estas alturas queda claro que no es una papeleta que se pueda resolver con el tan manido "unas veces te dan y otras te quitan". En el caso del Celta, unas veces le quitan y otras le dan, pero en el sentido más burdo de la frase. Perdonen las formas, pero es lo que muchos pensaron cuando se conoció la designación de Prieto Iglesias para el VAR, un colegiado que ya intervino, con poco éxito,  en los partidos ante Mallorca y Las Palmas. 

En el caso del choque ante el Mallorca anuló el tanto dado por válido por el colegiado, sin una imagen que demostrase un error claro y manifiesto del colegiado. A falta de tecnología de gol, Prieto Iglesias tiró de ojímetro, y aunque no es concluyente que el balón traspasase la línea de gol, tampoco hay una imagen suficientemente clara para demostrar lo contrario. Otro tanto de lo mismo en Las Palmas, cuando obligó a ir al pobre Alberola Rojas, que repetía en el campo una y otra vez que "no hay nadie" a revisar al VAR por un agarrón  mutuo entre Douvikas y un defensor. Hoy lo mismo sirvió para enviar a Hernández Hernández a revisar en el monitor el penalti que acababa de señalar. 

La jugada no genera ningún tipo de dudas. Puede haberlas en torno a la señalización, aunque a la vista de las repeticiones parece claro que Jesús Navas agarra al delantero griego. El error es revisar esa jugada en el VAR, porque no está en las normas de uso de esta herramienta. No se aprecia un error claro y manifiesto, porque como mínimo, la jugada arroja muchas dudas. Por lo tanto no debería ser anulado el penalti. Otra cosa es que ese penalti se hubiese transformado en gol, pero debió ejecutarse. 

Son tantos los errores que está sufriendo el Celta este año que acabamos antes dando la lista de los partidos en los que no fue perjudicado, porque de lo contrario nuestros lectores apartarían la vista mascullando entre dientes "mucho texto". 

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