Tras la destitución de Eduardo Coudet el Celta apostó por Carlos Carvalhal, un técnico poco conocido en España, pero con un amplísimo currículum en Portugal, logrando grandes éxitos con conjuntos modestos, como la Taça de Portugal lograda con el Sporting de Braga, y mucho más meritorio colar al Leixoes, que militaba en la tercera categoría, en la final de la copa portuguesa, logrando además la clasificación para competiciones europeas.
Al margen de su currículum, su rendimiento en el Celta está convenciendo de forma casi unánime a la afición, y también en la planta noble de Príncipe. Carlos Mouriño ya deslizó en la rueda de prensa del jueves que estaban muy satisfechos con él, y que creía que también el preparador portugués estaba contento, sin descartar una posible ampliación de su contrato.
Recordemos que cuando firmó por el Celta lo hizo hasta el 30 de junio de 2024. El Celta ya mostró confianza nada más ficharlo ofreciéndole más de un año de contrato, y su rendimiento puede servir para que este contrato se amplíe. Si echamos la vista atrás vemos que Coudet llegó en una situación muy similar a la de Carvalhal, firmando un contrato por entonces hasta el 30 de junio de 2022.
Terminada esa temporada, debido al excelente rendimiento del Celta con el preparado argentino, su contrato fue renovado hasta el 30 de junio de 2024, decisión aplaudida también de forma casi unánime por la afición, aunque finalmente sería destituido en noviembre de 2022, muy lejos de la conclusión de su vinculación contractual.
Eso sí, las diferencias entre Coudet y Carvalhal son más que evidentes, y da la sensación de que el técnico luso encaja mejor en la filosofía del club que su antecesor en el cargo, por lo que su renovación sería más coherente de lo que fue en su momento la de Coudet.
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