Foto: Jorge Landín / Atlántico Diario |
Pocas conclusiones se pueden sacar del debut de Carlos Carvalhal como técnico del Celta. El preparador luso llegó a Vigo mediada la semana, con apenas tres entrenamientos antes del partido. El propio Carvalhal ya advirtió en la previa que con tres entrenos no se podía hacer magia, así que apostó por una formación inicial clavada a la que pondría en liza Eduardo Coudet, y un estilo con pocos matices.
Esta semana tampoco tendrá mucho margen para realizar cambios. La sustitución a mitad de semana y justo antes de que llegue una jornada intersemanal seguramente no sea lo más propicio, pero las prisas provocaron la salida de Coudet a todo correr, y la llegada de un técnico que apenas tendrá tiempo para implementar su estilo antes de un parón de mes y medio.
De las pocas novedades con respecto a Coudet fue el debut de Williot Swedberg, que no contaba para el preparador argentino, y que dispuso de más de media hora con el portugués. Por lo demás, las variaciones fueron pequeñas, matices en el juego y en la convocatoria, donde regresó Miguel Rodríguez, e hicieron su debut esta temporada Hugo Álvarez y Tincho.
Por lo demás el equipo tuvo los mismos vicios y virtudes que el de Coudet, con una forma similar de buscar el gol, y una fragilidad defensiva que está resultando demoledora. Tampoco existió demasiada chispa a la hora de buscar la portería contraria, y faltó cierta efectividad. Males por los que el Celta ha llegado a esta situación.
La "pretemporada" que tendrá a su disposición el Celta por la disputa del Mundial le permitirá al técnico luso implantar su estilo de juego y sus características como entrenador. El equipo que veremos ante el Sevilla, cuando regrese la competición, seguramente se parecerá muy poco al que vimos el pasado sábado. Ahí tendrá varias semanas para dejar su marca en el equipo, y que podamos ver como será su Celta.
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