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| Foto: RC Celta |
Jorge Sáenz tuvo un desafortunado paso por el Celta. El central tinerfeño llegó a Vigo procedente del Valencia, en calidad de cedido, y defendió la camiseta celeste entre 2019 y 2021. Su paso no será recordado con cariño por ninguna de las dos partes, y desde luego no por el jugador, que se pasó el segundo año en blanco, apartado del equipo al no querer abandonar el club en el verano.
Su debut fue un aviso de lo que sería su trayectoria en el Celta, ya que a los diez minutos de su partido de debut ante el Granada fue expulsado. Unos meses después llegó una pandemia que lo tuvo recluido en una ciudad ajena debido al confinamiento. Aquella temporada solo jugó 9 encuentros, y al no aceptar ninguna de las ofertas que le llegaron para salir el club decidió apartarlo como medida de presión.
El jugador no recuerda Vigo con demasiado cariño, y en Cadena COPE de Valencia dejó muy claro su punto de vista. El periodista le preguntó qué había sucedido en Vigo y si allí había matado a alguien, y su respuesta no dejó lugar a la duda: “No, pero ganas no me faltaron”, señaló con rotundidad.
De regreso a Valencia volvió a salir cedido, en este caso al Marítimo portugués, donde solo duró media temporada sin contar demasiado para el entrenador. La pasada temporada la acabó en el Mirandés, en Segunda División, y este año repite en la misma categoría vistiendo la camiseta del Leganés, también cedido por el Valencia, con quien no ha llegado a disputar ni un solo partido oficial más de tres años después de su fichaje.
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