Eduardo Coudet vive su peor momento en el Celta


Foto: EFE

(EFE) El argentino Eduardo “Chacho” Coudet pasa por su peor momento en el Celta de Vigo, con su futuro amenazado por un irregular inicio de curso que lo ha situado mucho más cerca de los puestos de descenso que de la pelea por una plaza europea, el sueño que persigue el vestuario desde que rozó la final de la Liga Europa, en mayo de 2017.

Diez puntos de 30 posibles, la peor sangría defensiva que lo ha convertido en el equipo más goleado de LaLiga con 20 tantos en diez partidos y la dolorosa derrota sufrida anoche en Valladolid (4-1) han provocado que la estabilidad del técnico esté seriamente amenazada.

Hay datos innegables para la preocupación en la sede de Príncipe, por encima de todos los goles en contra –una media de dos por encuentro-, la excesiva dependencia goleadora de Iago Aspas y la falta de oportunidades que Coudet da a los menos habituales pese a la debilidad que exhibe su equipo.

Un nuevo traspié el próximo lunes ante el Getafe en Balaídos generaría un terremoto de consecuencias insospechadas para un club que está a las puertas de vivir su Centenario, de ahí que un descenso a Segunda División resultaría algo catastrófico para la entidad que preside Carlos Mouriño.

El próximo 12 de noviembre se cumplirán dos años del aterrizaje de Coudet en Vigo, donde ya había tenido una breve estancia como jugador. El argentino marchaba líder en la Serie A brasileña y estaba clasificado para octavos de final de la Copa Libertadores con el Internacional de Porto Alegre, pero asumió el desafío de reactivar a un equipo en depresión.

Con un novedoso sistema de juego (1-4-1-3-2), relanzó a un equipo que pasó de ser colista a rozar la clasificación para Europa. Eso le valió la renovación hasta 2024, además de plenos poderes en la configuración de la plantilla.

Pero en su primer año completo como técnico celeste, el equipo perdió la fiabilidad que había exhibido los siete meses anteriores, y la directiva recurrió al veterano Luis Campos para dar otro aire a la política de fichajes tras el fallido experimento con Coudet.

Se pasó de buscar jugadores veteranos y con experiencia a jóvenes con proyección. A Balaídos llegaron, avalados por Campos, Swedberg, Luca de la Torre y Jørgen Strand Larsen. Ahí se produjo el primer distanciamiento entre el técnico y el asesor deportivo.

“Antes era diferente la manera que se planificaba porque tenía una participación más directa. Ahora Luis Campos es la persona que más se encarga del mercado, de los métodos o de cómo se realizan los fichajes”, expuso el pasado 1 de septiembre el preparador del Celta, que no cuenta con el sueco Swedberg –todavía no ha debutado en LaLiga- y apenas ha ofrecido 37 minutos a Luca de la Torre.

El contexto para salir de la crisis deportiva es complejo por la exigencia del celtismo, por el momento de forma que atraviesan algunos de los pesos pesados y por la falta de goleadores que alimentan aún más la excesiva dependencia de Aspas.

Por si fuera poco, la dura derrota en Valladolid fue un punto inflexión en el sentir de la masa social, que le reprocha la gestión de su plantilla, la falta de un plan B cuando los rivales se adelantan –su equipo no ha remontado ningún resultado adverso- y su obsesión por achacar a “la mala suerte” las derrotas, una señal inequívoca de que el Celta de Coudet pasa por su peor momento.

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