Atlético 4 - Celta 1 | El Celta pena por su falta de acierto


Foto: Thomas Coex / Getty Images

El Celta cayó goleado en el Metropolitano ante un Atlético de Madrid, con una camiseta desconcertante, que aprovechó todas las ocasiones que tuvo y marcó dos tantos de rebote. Todo lo contrario que el Celta, que desperdició un buen número de oportunidades y solo pudo anotar un tanto, obra de Gabri Veiga, que volvió a revolucionar al equipo saliendo desde el banquillo. 

Coudet optó por mantener el equipo que salió de inicio ante el Cádiz, con el único cambio de Óscar Rodríguez, que no viajó a Madrid por lesión, entrando Strand Larsen al once inicial formando pareja con Aspas, mientras que Carles Pérez retrasaba su posición hasta el extremo derecho. El equipo que formó de inicio fue el siguiente: Marchesín, Hugo Mallo, Aidoo, Unai Núñez, Javi Galán, Tapia, Fran Beltrán, Carles Pérez, Cervi, Iago Aspas y Strand Larsen. 

Salió en tromba el Celta, que nada más comenzar el partido pudo adelantarse por medio de Strand Larsen. El ariete noruego aprovechó un mal envío de la zaga para plantarse ante Grbic, pero el guardameta balcánico, que sustituía a Oblack, sacó una mano prodigiosa para detener el buen disparo de Larsen. 

A renglón seguido la tuvo Hugo Mallo, que se anticipó a la zaga rival en un saque de esquina, pero su cabezazo, demasiado centrado, se estrelló contra el guardameta colchonero. Sufría el Atlético ante un Celta muy incisivo, pero a los 8 minutos Ángel Correa aprovechó la primera llegada de los colchoneros para adelantarse en el marcador. 

El Celta tuvo capacidad de respuesta en otra mala salida de balón del conjunto local, Tapia recuperó, asistió a Aspas, que se revolvió y envió un enorme disparo que se estrelló en el poste atlético. Volvía a perdonar el Celta. 

Tras unos minutos iniciales con defensa de cuatro, Simeone tiró del catálogo más Davidvidaliano recuperando la defensa de cinco, y es cierto que con este cambio al Celta le costó más provocar errores en la zaga local, y generar ocasiones, y las que llegaron ya fueron más aisladas, y generalmente en las botas de Strand Larsen. 

La segunda parte no pudo empezar peor, ya que a los cuatro minutos el Atlético se encontró con el 2-0 de rebote. De Paul envía un flojo disparo que se envenena al golpear en Unai Núñez, despistando completamente a Marchesín. 

Coudet movió ficha tras el gol retirando del campo a un desdibujado Carles Pérez para dar entrada a Gabri Veiga, que se situó casi como enganche, pasando Fran Beltrán a la derecha. El madrileño volvió a una posición más natural unos minutos después pasando al pivote con la entrada de Solari por Renato Tapia. 

A los 20 minutos de la reanudación parecía sentenciar el partido el Atlético con una gran acción individual de Carrasco que sin oposición de Hugo Mallo cabalgó por la banda hasta plantarse en el área batiendo a Marchesín con un gran zurdazo. 

Parecía que el tanto sentenciaba al Celta, que aún tuvo arrestos para una tímida reacción con el 3-1, obra de Gabri Veiga, que aprovechó una gran asistencia de Iago para marcar con un tiro muy ajustado. Fue a raíz del gol cuando llegaron las mejores ocasiones del Celta en la segunda mitad, especialmente una de Strand Larsen que no aprovechó un envío desde la banda cuando más fácil lo tenía. El noruego no marcó, su asignatura pendiente esta noche, pero se movió muy bien y generó mucho peligro. 

Pero a base de perdonar el Atlético tuvo la acción que necesitaba para sentenciar el partido por medio de Cunha, que emprendió una veloz carrera, superando a Unai Núñez con un autopase y su disparo volvió a envenenarse tras golpear en el defensa vasco, poniendo el 4-1 que ya fue definitivo. 

Buenas sensaciones del Celta, plantando cara a un gran equipo, pero con una preocupante falta de acierto cara al gol. 

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