Por más que Eduardo Coudet se desgañite en la sala de prensa pidiendo un delantero, el Celta se mantiene firme en su hoja de ruta. Solo llegará un tercer delantero si sale Santi Mina. Y así estamos desde hace más de dos semanas, y ya consumidas dos jornadas de la competición, saldadas con un empate y una derrota.
La demada del preparador argentino tiene su lógica. El Celta juega con dos delanteros de cara. Es un sinsentido en la planificación de la plantilla que solo se cuente con dos jugadores para esta posición, y que ello dependa de la salida de un futbolista condenado por abusos sexuales, y que ya se intuía cuando empezó el verano que no sería fácil colocar en el mercado.
¿Por qué se han fichado jugadores que Coudet no utiliza y no se han podido incorporar los dos delanteros que la lógica invitaban a contratar?. Es un misterio, sobre todo si tenemos en cuenta que la planificación se ha llevado de forma conjunta entre el club, Luís Campos como asesor deportivo externo, y el propio entrenador.
Pero así estamos, a diez días para el cierre del mercado, dependiendo de la salida de un futbolista que no acaba de concretarse, a pesar de que lleva siendo inminente desde hace más de una semana. Parece que ahora si, que ya está hecho, que hay acuerdo entre los clubes, que el futbolista ha claudicado y ha decidido salir cedido, pero también la acusación del caso por el que ha sido condenado está tratando de impedir su salida del país.
Y así estamos, con la planificación en vilo por un asunto que debería estar resuelto, o que al menos debería ser independiente del hecho de realizar un equipo mínimamente compensado.
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